“Y todos los profetas profetizaban de
la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y serás prosperado;
porque Jehová la entregará en mano del rey”
1 Reyes 22:12
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Cada vez que leo este
pasaje, mas me convenzo de que la voz de la mayoría, no necesariamente
es la verdad o el canal por medio del cual Dios manifiesta su voluntad.
Estos eran como cuatrocientos profetas que al unísono apoyaban los
deseos de conquista del rey Acab.
Sin embargo, la perfecta voluntad de Dios había de ser expresada por un
marginado profeta llamado Micaias a quien Acab aborrecía porque siempre
tenía palabras de juicio mas que de avivamiento. El rey lo expresaba
asi:
“Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo
de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien”
(1 Rey. 22: 8)
Y como era la tónica y la clásica frase de los verdaderos profetas de
Dios al decir “Vive Jehová, que lo que Jehová hablare, eso hablaré” ,
Micaias en plena subordinación a la Palabra de Dios, advierte al rey
Acab y a las mayorías, que los anhelos de conquista no iban a ser
prosperados y que la derrota era inevitable.
Como era de suponer, la arrogancia del clero y de la desenfrenada
mayoría, aparece personificada claramente en los labios de un déspota
Sedequias quien golpea al profeta Micacias diciéndole una frase tan
vigente en nuestros días:
“¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti?” ( 1 Rey. 22:24 )
Finalmente, y en resumen, Acab no hizo caso a lo que Palabra de Dios
decía a través de su siervo Micaias, por consecuencia, la exploración y
los anhelos de conquista de la región de Siria, Ramot de Galaad, fue un
rotundo fracaso en medio de muerte y de sangre.
Hermanos amados, parece que esta experiencia que Israel vivió muchos
siglos atrás, hoy cobra tal vigencia que sorprende la precisión de los
acontecimientos y por cierto, su desenlace.
Hoy existe una gran mayoría que habla de conquista, de avivamiento y se
dice que Dios esta sacudiendo los países, convirtiendo a millares de
personas. Se habla de “ Chile para Cristo” de “ Tiempo de la siega” “
Tiempo de conquista”, etc. etc. y dicha consigna mantiene a una
muchedumbre tras esa meta.
Hay pastores y líderes que tienen sus intereses puestos en este mundo,
anhelando influencias, incursión en puestos políticos y un compromiso
estrecho con el “cesar”. Es como que se han olvidado de palabras tan
precisas como “nuestra ciudadanía esta en el cielo” (Filipenses 3:20) o
es que han cortado y mutilado la Palabra de Dios con esas tijeras
mágicas y carnales para olvidarse de las advertencias del juicio de
Dios.
Ellos son “las mayorías”, “el grupo de los cuatrocientos profetas” ,
“el clero”, “el desayuno pastoral”, que se han instalado en un trono de
realeza y se han arrogado ser la voz de Dios sin siquiera consultarle a
él, y lo peor, no están dispuestos a cambiar de opinión.
Sus ansias de conquista y de dominio han predominado y llenado sus
corazones, y se han olvidado definitivamente de las moradas
celestiales y de amar la venida de Cristo.
La actividad de esta arrogante cristiandad que gobierna en nuestros
días, es tan igual a la de Laodicea, aquella iglesia de Asia menor, que
Apocalipsis la describe cono una comunidad autosuficiente, prospera
económicamente y que de nada tenían necesidad, pero El Señor le advierte
y la descubre como un cuerpo miserable, pobre, desventurado, ciego y
desnudo. Que solemne diagnóstico.
Por otro lado, existe una minoría que pregona totalmente lo contrario.
Mientras “los muchos” esta cautivados por la idea del avivamiento, “los
pocos” están anunciando un tiempo de apostasía, de lobreguez y de
engaños.
Por cierto que dicha minoría, no tiene mucho valor para el clero. La
expresión es tan igual que la del antiguo Sedequias al decir : “¿quienes
son estos? Tres o cuatro “pela gatos” que no tienen nada, ni siquiera
una membresía abundante....”
La experiencia de los remantes fieles ( por la gracia de Dios ) ,
siempre fue igual. Nuestro Señor Jesucristo dijo algo bien preciso:
“ ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!
porque así hacían sus padres con los falsos profetas” (Luc. 6:26)
Estamos cruzando un mar de confusión y engaño. Lo que parece ser la
verdad, descubrimos que no lo es, y al revés, lo que parece increíble,
aquello es la verdad.
He aquí, cuando nos damos cuenta de que es necesario estar en el
secreto de Dios lejos de ideas universalistas y modernistas que
pretenden cambiar el curso de la profecía.
Es como un caballo loco y sin freno, que va directo al precipicio,
aunque con una fe inmensa, pero estéril, al pensar que al llegar al
acantilado, saldrán unas alas que le permitirá pasar al otro lado. Eso
es una falacia, un sofisma y un claro desprecio a aceptar lo que la
Palabra de Dios dice.
Dios jamás ha predicho un avivamiento para el último tiempo, por el contrario, Jesús dijo:
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8)
Recordemos ahora la parte final de la profecía de Micaias, cuando se
revela que un espíritu de engaño es el que cautiva a las muchedumbres y
les impulsa a hacer lo que no conviene:
“El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus
profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y
hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la
boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.”
( 1 Rey. 22:22-23)
Tal vez alguien podrá decir ¿como es que Dios permite aquello? La
respuesta es categórica, Dios hace lo que quiere porque es soberano.
Nadie; ningún hombrecito podrá torcer el curso de la profecía.
Esta experiencia es la misma que el Espíritu Santo le revela al apóstol Pablo cuando dice:
“ Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
a fin de que sean condenados todos los que no creyeron la verdad, sino
que se complacieron en la injusticia.”
( 2 Tesalonicenses 2: 11-12 )
En la actualidad hay un espíritu de error que se esta moviendo en medio
de la iglesia, y que Dios, soberanamente lo ha permitido para que se
manifieste quienes son los verdaderos y quienes no.
David Wilkerson los resumió en forma muy clara: “...hay un viento de maldad soplando en la casa de Dios...”
El apóstol Juan dice:
“Ellos son el mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de
Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu
de error.” ( 1 Juan 4:5-6)
¡ Que gran receta ¡ Dios a través del apóstol Juan nos enseña a
discernir y a como diferenciar los espíritus. El distintivo es la
separación con el mundo, diferencia con el mundo y el desamor por el
mundo.
Sin duda, las mayorías que pregonan avivamiento, conquista o tiempo de
siega, son muy apetecidas por el mundo. Sus atrevidos espectáculos, sus
cautivantes y rimbombantes eventos, son una verdadera alfombra roja del
placer y del glamour muy propias del mundo. Es por esa razón, que el
mundo oye a estas multitudes y acuden a ellas.
El ver emerger talentosos “showman” como Dante Gebel o el afamado
Marcos Witt, que poseen esa clásica chispa y carisma artístico para
mantener entretenidos a cientos de miles de personas embelesadas y
disfrutando aquélla capacidad histriónica que estos señores tienen. Al
final del show, una pequeña porción de la Biblia como pretexto y betún
evangélico.
¡Que insulto al Señor! Cristo no es un payaso que desea entretener,
bailotear con el mundo embriagado ni rogar a nadie. El es el Rey
Soberano que hace lo que quiere y nosotros hombrecitos que debemos
servirle.
Pero ¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de esto?
Alguien dijo por ahí, que mas del 50% de la escritura es apologética, es
decir, defensa de la fe. En la escritura encontramos abundantes pasajes
que revelan la actividad de atalayas y profetas que insistían en
advertir de los peligros que asechaban al pueblo. Obviamente, estos
hombres no eran muy populares ni apetecidos por el pueblo, porque jamás
la luz ha sido bien recibida entre las tinieblas. Hoy tampoco es la
excepción.
El protagonista de este breve estudio es un desconocido e impopular
profeta Micaias. Un hombre común y corriente, con virtudes y defectos,
con logros y fracasos, pero con un distintivo divino y una credencial
que lo autorizaba a hablar la voz del cielo, y todo, por la gracia de
Dios.
Este es el paradigma que representa los remanentes que en la actualidad
están nadando contra la corriente. Aquellos “salmones” espirituales que
deben hacer frente a toda a una tempestad contraria que los cuestiona, y
los descalifica.
Son aquellos “monos porfiados” que son golpeados y pisoteados, pero que
vuelven a pararse obstinadamente cual Pablo cuando fue apedreado en
Listra.
Dios nos advierte abundantemente y con una claridad extraordinaria, que
la característica de los últimos tiempos, previo a la venida de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, es de engaño y de apostasía.
No hay registro en la escritura que nos anuncie avivamiento para estos tiempos.
ACLAREMOS EL PASAJE DE JOEL CAPITULO 2
Sin hacemos un sondeo en el pueblo que defiende esta idea del
avivamiento, de la cosecha y de la conquista, descubrimos que cada uno
de los adherentes, sustenta su planteamiento en el pasaje de Joel
capítulo 2 verso 28 que dice así:
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán
sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” Joel 2:28
La pregunta mas coherente al leer este pasaje es: ¿Después de que, Dios derramará su Espíritu sobre toda carne?
Bien sabemos que la segunda regla de interpretación de las escrituras es
considerar la gramática. Cuando encontramos palabras tales como, “Por
tanto”, “después”, “aunque”, etc. etc., debemos ir obligadamente a los
párrafos anteriores para poder comprender el contexto del pasaje.
En este trozo de la escritura que estamos analizando, la respuesta a nuestra pregunta esta en el verso 27:
"Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová
vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.”
Joel 2:27
Al leer este versículo, nos queda absolutamente claro cuando se cumplirá
lo predicho en el verso 28. Sería absurdo pensar que dicha profecía se
ha cumplido porque Cristo aún no regresa por segunda vez, ni tampoco
Israel le ha reconocido como Mesías prometido, ni menos habita en medio
de ellos.
Por conclusión, lo dicho por el profeta Joel, no es argumento para confirmar que estamos en medio de un avivamiento.
ABUNDANTES PASAJES QUE ANUNCIAN TIEMPOS DE APOSTASÍA
El nuevo testamento presenta suficiente argumento para sustentar la
posición de que el postrer tiempo sería marcado por una fuerte
apostasía, por espíritus engañadores y doctrinas de demonios.
Veamos algunos de los versos seleccionados:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por
ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la
vida, y pocos son los que la hallan. Guardaos de los falsos profetas,
que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces.”
“ Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad”
Mateo 7: 13-23
“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le
acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué
señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les
dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.”
Mateo 24: 3-5
“...que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os
engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la
apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición..”
2 tesalonicenses 2:2-3
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios;”
1 Timoteo 4:1
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.”
2 Timoteo 3:1
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que
teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las
fábulas”
2 Timoteo 4: 3-4
“Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron
dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os
decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus
malvados deseos”
Judas 17-18
Como observamos, los textos son bastante claros y precisos. EL sostener
esto como línea en la elaboración de los sermones , no es transformarse
en “ profetas del pesimismo ” como algunas personas despectivamente lo
han calificado, sino que es simplemente anunciar todo el consejo de Dios
sin acomodaticios, ni miel, ni levadura.
Alguien dijo una vez: “ El pesimista es un optimista, pero bien
informado...” Así es. El hombre fiel a la Palabra de Dios no puede
torcer las escrituras ni anunciar sofismas o esperanzas falsas, por el
contrario, este debe ser certero en entregar la voz de Dios tal cual lo
revela su Santo Libro.
La Biblia presenta a la luz del raciocinio humano, un mensaje pesimista e intolerable:
“... mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados...” 2 Timoteo 3: 13
Como vemos, la escritura es clara y precisa. No resiste análisis el
comparar dos posiciones diametralmente opuestas como los son la del
“Avivamiento, tiempo de siega y conquista” con la de “ Los tiempos de
apostasía”.
El mensaje de la iglesia ha de ser categórico, absoluto e intransigente.
No se puede mediar ni comprometer las verdades eternas. No estamos
autorizados para ello.
Hoy existe una gran multitud liderada simbólicamente por el antiguo rey
Acab con sus profetas, pregonando “su conquista, los tiempos de siega,
los gritos de júbilo y el banquete terrenal”.
En contraste a ello, hay una minoría de hermanos diseminados y relegados
en el anonimato, cual Miacias, en el secreto de Dios, buscando las
raíces legítimas del evangelio y la sencillez de Cristo.
Unos tocando trompetas y anunciando banquetes, mientras que los otros
anuncian la inminente venida de nuestro Señor Jesucristo.
Los muchos, cual sibaritas, gozándose, aplaudiendo y pretendiendo
conquistar las naciones “para Cristo”, mientras que los otros
defendiendo la fe y diciendo que estamos en medio de una terrible
apostasía.
¿ Con cual de los dos grupos se identifica Ud.?
Que la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo , sea con Ud. Amen.
Pablo J. Espinoza L.
Texto preparado para conferencia Pública
Tiempos de Apostasía entre miel y levadura
Diciembre 2006 |
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