Estos dos relatos en un mismo día, más los cientos de correos que recibo a diario en mi situó web, revelan que la falta un mensaje bíblico y cristocentrico está alejando a muchas vidas de las iglesias, y algunos no solo se frustran, sino que terminan rechazando el evangelio. Hoy son miles los cristianos sinceros que por la ambición de los llamados “apóstoles” y pastores de la prosperidad desertan de sus iglesias, pues estos ministros, sin importar los principios de la Palabra de Dios se involucran en los negocios de este siglo, desobedeciendo la orden del Apóstol San Pablo cuando dijo “Ninguno que milita ( en el ministerio), se enreda en los negocios de la vida…” 2 Timoteo 2:4. Es un hecho que muchos pulpitos se han convertido en escenario político, teatro lucrativo o de inversión económica. Muchas iglesias han perdido la visión de servir al necesitado, de transformar vida forjando un reino dentro de otro reino (Juan 18:36), de llevar a cabo la gran comisión, y en su lugar usan la superchería, falsas promesas, politiquería barata, mensajes psicológicos, motivacionales, que promueven la ambición y el deseo de grandeza, con la sutileza de la llamada “confesión positiva”.
No cabe duda, la falta de un evangelio integral, puro y confortativo con el pecado ha dado lugar a la apostasía (1 Timoteo 4:1). Vemos como el amor se enfría (Mateo 24:11), dando lugar a que las iglesias y sus pastores pierdan credibilidad, y muchos caigan en descredito y lazos del diablo(1 Timoteo 3:7). Los escándalos hacen escarnio a la dignidad de la Palabra de Dios, dando lugar a burladores (2 Pedro 3:3), y tristemente, todos somos metidos en el mismo saco cuando dicen; “los evangélicos se han mercantilizado y politizado“. Pero es necesario identificar a los corruptos dentro de los pulpitos. ¿Y cómo conocerlos? Sencillo, “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20). Fíjese como visten, como viven, si son accesibles, si lo que predican encaja en la doctrina bíblica, analizando el texto, el contexto y el concepto. Observe si se autoproclaman “apóstoles”, si acentúan sus títulos pidiendo sometimiento a sus seguidores, y si sin absolutos. Mire si coquetean con los políticos, y sobre todo, si ayudan al pobre (Mateo 25:34-36), observe si hacen labor social, si tienen su familia en orden como enseña la Biblia (1 Timoteo 3:4), si son humildes y si proclaman toda la verdad bíblica (Mateo 23:11).
Si en su iglesia los líderes no reúnen estos requisitos, salga lo más pronto posible de allí, y busque una congregación en donde los ministros del evangelio reúnan estas cualidades, porque de lo contrario, será explotado y frustrado con un falso evangelio, que pervierte la conciencia y contamina la verdad de Jesucristo.
mariofumero@hotmail.com
Web; www.contralaapostasia.com
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