viernes, 1 de marzo de 2013

Pablo y la Ley




"¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás."
(Romanos 7:7).
E l apóstol Pablo utiliza el término “Ley” al menos 110 veces en sus epístolas. Pero no de una manera uniforme. El mismo término “ley” es utilizado por Pablo para referirse a cosas tales como la Ley Mosaica (Gálatas 4:21 ; Romanos 7:22,25 ; 1ª. Corintios 9:9 , el Antiguo Testamento (1ª. Corintios 14:21 ; Romanos 3:19, 21) , la Voluntad de Dios escrita en el corazón de los gentiles (Romanos 2:14-15) , el Principio que gobierna la conducta (obras o fe: Romanos 3:27) , la inclinación al mal (Romanos 7:21) , la guía del Espíritu (Romanos 8:2).

Algunas veces, el término “ley” es utilizado en una manera personal como si fuese Dios por sí mismo: “lo que la ley dice, a los que están en la ley lo dice” Romanos 3:19. aquí la palabra Ley puede ser sustituida por “Dios” (Romanos 4:15 , 1ª. Cor. 9:8).

Nuestro interés inmediato no es determinar los variados usos que Pablo le da al término Ley, sino establecer los puntos de vista del apóstol hacia la ley del Antiguo Testamento en general.

¿Enseñaba Pablo que Cristo abrogó la Ley Mosaica en particular y/o la ley del antiguo testamento en general, y en consecuencia, los cristianos no están obligados a observar la ley o a cumplir la ley? Este punto de vista ha predominado en la mayoría de las iglesias cristianas, y aún es tenazmente definido por numerosas iglesias antinomianistas (que son grupos religiosos que se oponen a la ley o contradicen la ley).

UN DOBLE CONCEPTO DE LEY

Muchos estudios recientes han retado esta interpretación tradicional. Se ha hecho énfasis en que Pablo, por ejemplo, tenía un doble concepto acerca de la Ley, algunas veces diciendo que es bueno y que se ha cumplido en Cristo, y algunas veces que es mala y que ha sido abolida por Cristo. Por ejemplo, en Efesios 2:15. Pablo habla de la ley como si ha sido abolida por cristo, mientras que en Romanos 3:31 él explicaba que justificación por la fe en Cristo no deshace la ley, sino que la establece. En Romanos 7:5,6 Pablo dice que “ahora estamos libres de la ley” , mientras que pocos versos después él escribe que la “Ley es Santa y que el mandamiento es santo, justo y bueno” (Romanos 7:12). En Romanos 10:4 Pablo escribe que “el fin de la ley es Cristo” , mientras que en Romanos 8:3,4 él explica que Cristo viene para “que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros”. En Romanos 2:28 él sostiene que “el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley”. Sin embargo, en 1ª. Corintios 7:19 él dice que “la circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino la observancia de los mandamientos de Dios. En 1ª. Corintios 3:7 él señala a la ley como el ministerio de muerte”, mientras que en Romanos 3:2 él la ve como parte de los “Oráculos de Dios” confiados a los judíos.

UNA RESOLUCIÓN DE LA TENSIÓN

¿Es posible reconciliar las afirmaciones aparentemente contradictorias de Pablo acerca de la Ley? ¿Cómo puede ver Pablo a la ley, al mismo tiempo como “abolida” (Efesios 2:15) y “establecida” (Romanos 3:31); como innecesaria (Romanos 3:28) y necesaria ( 1ª. Cor. 7:19 ; Efesios 6:2,3 ; 1ª. Timoteo 1:8-10)?

Una explicación muy popular ha sido el afirmar que las referencias negativas se refieren a la ley ceremonial o mosaica, mientras que las positivas se refieren a la ley moral de los 10 mandamientos. Tal explicación, sin embargo, está basada en una distinción arbitraria entre las leyes morales y ceremoniales que no puede ser encontrada en las escrituras de Pablo.

En mi punto de vista, la explicación correcta se encuentra en los diferentes contextos en los que pablo habla de la ley. Cuando él habla de la ley en el contexto de la salvación (Justificación-derecho de estar ante Dios), él claramente afirma que el obedecer la ley no es de provecho (Romanos 3:20). Por otra parte, cuando pablo habla de la ley en el contexto de la conducta cristiana (Santificación-vivir correctamente delante de Dios), entonces mantiene el valor y la validez de la ley de Dios (Romanos 7:12; 13:8-10; 1. Cor. 7:19). Por ejemplo cuando Pablo habla de varias formas de las debilidades humanas en 1ª. Timoteo 1:8-10, él afirma explícitamente : “Sabemos empero que la ley es buena” (Verso 8).

La parte central del entendimiento de Pablo acerca de la ley, es la luz de Cristo. Desde esta perspectiva, él niega y afirma la ley. En la parte negativa el apóstol Pablo rechaza la ley como medio de justificación: “por que si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo” Gálatas 2:21. en la parte positiva, Pablo, enseña que la ley es Espiritual, Buena, Santa y Justa (Romanos 7:12,14, 16 y 1ª. Timoteo 1:8), por que expone al pecado y revela los invariables principios éticos de Dios. Así, él afirma que Cristo vino para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros” por medio del dinámico poder de su espíritu (Romanos 8:4).

Tres veces afirma Pablo que “la circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es” , o nada valen y en cada una de estas veces, él concluye diciendo que lo que realmente cuenta o vale es “el guardar los mandamientos de Dios” , “la fe que obra a través del amor” y “la nueva criatura en Cristo Jesús” (1ª. Cor. 7:19 ; Gálatas 5:6 y 6:15). Este paralelismo sugiere que Pablo compara el guardar los mandamientos de Dios con una fe que obra y una nueva vida en Cristo.

El cristiano, entonces, no está bajo la ley como un mecanismo de aceptación para con Dios, pero sí está bajo la ley como una revelación de los invariables principios éticos de Dios para su vida. Pablo rechaza la ley como método de salvación pero la sostiene como un principio inalterable de conducta cristiana.

LA LEY Y LOS GENTILES

Para ver en perspectiva las críticas de Pablo a la ley es importante comprender que las cartas fueron escritas para congregaciones donde predominaban los gentiles convertidos, la mayoría de los cuales fueron “temerosos de Dios” , incircuncisos prosélitos del judaísmo (1ª. Tesalonicense 1:9; 1ª. Corintios 12:2; Gálatas 4:8; Romanos 11:13; Efesios 2:11). Un problema crucial entre Gentiles-cristianos fue su derecho como gentiles a gozar ciudadanía completa en el pueblo de Dios, sin necesidad de convertirse por medio de la circuncisión, en miembros de la comunidad judía.

UN PROBLEMA JUDIO

Este no fue únicamente un problema cristiano. W.D. Davis ha señalado recientemente que la relación de Israel con el mundo gentil, fue el más importante problema teológico del judaísmo en el primer siglo. Básicamente, el problema de los judíos consistía en determinar qué mandamientos debían obedecer los gentiles para que tuvieran parte en el mundo venidero. Ninguna respuesta bien definida sobre esta pregunta existía en el tiempo del apóstol Pablo. Algunos judíos sostenían que los gentiles solamente tenían que observar un limitado número de mandamientos (leyes del tiempo de Noé, o leyes antidiluvianas). Otros judíos, sin embargo, como los de la casa de Shammai, insistían que los gentiles debían obedecer toda la ley incluyendo la circuncisión. En otras palabras, ellos debían de convertirse completamente en miembros de la comunidad judía para participar de las bendiciones del mundo venidero.

Loyd Gaston se da cuenta perceptivamente que “era debido a que no existía claridad en el sentido de que, el legalismo –el hacer ciertas obras para ganar el favor de Dios y ser contado por justicia- surgiera también como problema gentil y no solo como problema judío”. La salvación pertenecía a todos aquellos que eran miembros de la comunidad judía, pero como los “temerosos de Dios” no estaban dentro de la comunidad, ellos tenían que establecer su propia justicia o medio de justificación para ganarse la seguridad de la salvación. M. Bart ha manifestado que la frase “obras de la ley” no se encuentra en los textos judíos, y designa la adopción de prácticas judías seleccionadas por los gentiles para asegurar su salvación como parte del pueblo que ha hecho el pacto con Dios. El reconocimiento de esta actitud gentil legalmente es importante para entender el fondo de las críticas de Pablo a la ley.

UN PROBLEMA CRISTIANO

El problema de los judíos de que si los gentiles eran salvos fuera o fuera de la comunidad judía, también se convirtió pronto en un problema cristiano. Antes de su conversión y comisión divina a favor de los gentiles, Pablo, al parecer creía que los gentiles tenían que ajustarse o adecuarse a la ley mosaica, incluyendo la circuncisión, para que ellos fueran salvos. Lo segundo es sugerido por la frase “Si aún predico la circuncisión...” (Gálatas 5:11); lo cual implica que él predicó la circuncisión como base de la salvación.

Después de su conversión y comisión divina de predicar el evangelio a los gentiles, Pablo entendió que los gentiles participaban de las bendiciones de la salvación sin tener que formar parte de la comunidad judía a través de la circuncisión. Para defender esta convicción, Pablo apela en Romanos 4 y Gálatas 3, al ejemplo de Abraham, quien, antes de ser circuncidado, se convirtió en Padre de todos los que creen por la fe. Al proclamar su evangelio de la incircuncisión, Pablo enfrentó la oposición de los judíos-cristianos porque ellos fallaron en entender (Israel no entendió Romanos 10:19) que a través de Cristo, dios cumplió sus promesas hechas a Abraham con relación a los gentiles. Por otro lado, Pablo tenía que tratar con los esfuerzos mal orientados de los gentiles que fueron inducidos a adoptar la circuncisión y otras costumbres para asegurarse su salvación, convirtiéndose en miembros de la comunidad judía (Gálatas 5:2-4)

LA CRITICA DE PABLO A LA LEY

Para contrarrestar estas tendencias legalistas, Pablo se ve obligado a criticar la ley como documento de elección (o medio de salvación). Varios estudiosos han demostrado recientemente que el concepto de convenio o pacto -tan central en el antiguo Testamento- vino cada vez más a ser expresado por el término “ley” .

La situación de unos ante Dios, vino a determinar la actitud de otros hacia la ley como documento de elección, y no por obediencia mandamientos específicos.

En otras palabras “ley” vino a significar una revelación de la elección de Dios que se había manifestado en su convenio o pacto con Israel.

Obviamente, este punto de vista creó un problema para los gentiles no circuncidados, por que ellos se sintieron excluidos de asegurar su salvación que era dada a través del pacto o convenio. Esta inseguridad naturalmente condujo a los gentiles a “querer estar bajo la ley” (Gálatas 4:21); esto es, llegar a ser miembro del pacto, recibiendo la circuncisión (Gálatas 5:2). Pablo se sintió impulsado a reaccionar fuertemente contra esta tendencias, por que miraba la universalidad del Evangelio. Para reprender el “deseo de los gentiles de estar bajo la ley”, Pablo recurre al Pentateuco, específicamente a Abraham, para argumentar que sus dos hijos, Ismael e Isaac, representaban dos pactos, el primero basado en las obras y el segundo, en la fe (Gálatas 4:22-31); el primero ofreciendo “esclavitud” y el segundo “libertad", el primero que se refiere a los “hijos de servidumbre”, está identificado con el pacto del Monte Sinaí (Gálatas 4:24).

¿Por qué Pablo ataca tan duramente el pacto de Sinaí, si después de todo fue establecido por el mismo Dios que hizo el pacto con Abraham? Además ¿No contienen el pacto del Sinaí provisiones de gracia y perdón (el sistema del tabernáculo, Éxodo 25-30), además de principios de conducta (Éxodo 20-23)?

Lo que Pablo está demostrando en el argumento anterior, es que en nada aprovecha la circuncisión para los gentiles como lo demuestran los versículos subsecuentes; es mas, especifica que ni la circuncisión vale algo o la incircuncisión, sin la fe que obra por el amor (Gálatas 5:2,6).

LOS DOS PACTOS

De acuerdo a las sagradas escrituras, el pacto establecido en el Sinaí es renovado mas adelante, de manera que los preceptos divinos establecidos en 10 mandamientos, los cuales inicialmente fueron establecidos en dos tablas de piedra, posteriormente son reescritos en tablas de carne del corazón (2a. Corintios 3:3). En otras palabras, la Ley de Dios fue establecida para mantenerla continuamente en la mente y corazón de cada individuo (Jeremías 31:31-33), es decir, hacer conciencia de la importancia de cumplir los mandamientos de Dios no por temor a un castigo o porque tenía frente a mí una serie de reglamentos que me limitaban de hacer lo malo, sino porque lo sentía en mi corazón, porque lo mantenía en mi mente, porque la observancia de los mandamientos se convertía en una práctica de mi vida cada día.

En el nuevo pacto, la circuncisción del cristiano no es la externa o de la carne, es la del corazón, la del espíritu, aquella en la que hemos echado de nosotros el cuerpo pecaminoso carnal, y hemos sido circuncidados en la circuncisión de Cristo(Romanos 2:29; Colosenses 2:10,11).

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