sábado, 10 de agosto de 2013

DIFERENCIA ENTRE DOCTRINA Y LEYES



DOCTRINA1º) Cuando el Señor Jesús le dijo a la mujer adúltera: “Vete y no peques más”, primero preguntó. “¿Nadie te condena?” Si los que fueron testigos de haberla encontrado en el acto mismo del adulterio no la condenaron -porque en vez de cumplir con la Ley se fueron, se alejaron acusados uno a uno por su conciencia- el Señor Jesucristo que, como Hombre, no había sido testigo de tal acto, aprovechó la oportunidad para decirle: “Ni Yo te condeno”, porque Él -en Su primera Venida- no vino a condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. (Juan 3.17). Y agregó: “Vete, y no peques más”. NO le dijo: “Bueno, puedes rehacer tu vida con otro hombre”. Así que, Jesucristo NO incumplió la Ley; los testigos -en todo caso- eran quienes debían cumplirla. Pero recordemos que en esos tiempos ellos estaban bajo la dominación de Roma; por lo tanto, no podían hacer esto, no tenían la libertad para hacerlo.” Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y JUZGADLE SEGÚN VUESTRA Ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros NO NOS ESTÁ PERMITIDO DAR MUERTE A NADIE…” (Juan 18.31).
De todos modos, Doctrina NO es sinónimo de Ley; considerarlas como sinónimo es CONFUNDIR al lector sencillo.
2º) Nunca Jesucristo ‘en un par de ocasiones permitió que violaran la doctrina de guardar el Sábado’. En primer lugar, NO confundamos doctrina con Ley. El Sábado no era una doctrina sino, uno de los Diez Mandamientos de la Ley. En segundo lugar, ni Jesucristo ni sus discípulos violaron ninguna Ley del Sábado; ya que el recoger espigas (unas pocas, no me refiero a trabajar en el campo y armar fardos o manojos de trigo) NO era prohibición de la Ley sino, TRADICIÓN de los judíos, que podemos constatar en el Talmud o Shabbath. Habían llegado al extremo de prohibir cocinar o hervir un huevo en día de reposo o sábado, ya que esto representaba un trabajo;tampoco se podía tapar con un poco de cera el agujero de una cuba que perdía líquido; tampoco en día Sábado o de reposo se podía limpiar una herida… Sin embargo, con retorcidos razonamientos permitían hacer cosas que sí les era favorable a su conveniencia: si en Sábado un hombre necesitaba trasladar un gavilla de trigo, bastaba con colocar una cuchara en uso, con lo que para quitar la cuchara podía también llevarse la gavilla sobre la cual la cuchara estaba colocada.¡Pura hipocresía!(Shabb. 142 b, línea 6 desde la base).
3º) No fue en un par de ocasiones; fueron en más de dos ocasiones:
Mateo 12.1-8 (Las espigas); Mateo 12.9-14 (La mano seca);       Lucas 13.10-17 (La mujer encorvada); Lucas 14.1-6 (El hidrópico);         Juan 5.1-18 (El paralítico); Juan 9.1-16 (El Ciego de nacimiento). Estos casos, no es necesario explicarlos uno a uno, dado que el mismo Señor lo explica en esos pasajes.
4º) Si Jesucristo hubiese violado la Ley o hubiese permitido que otros la violen, NO habría sido el “sumo sacerdote (que) nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos”. (Hebreos 7.26). Recordemos que Jesús NO nació en la época del Nuevo Testamento, aunque el relato de su historia se encuentre allí; Jesucristo nació en la época del Viejo Pacto, porque dice la Palabra de Dios: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y NACIDO BAJO la Ley,
para que redimiese a los que estaban bajo la Ley…” (Gálatas 4.4-5).
5º) ¡Claro es que ‘Dios NO está en el Cielo con una lista de Doctrinas palomeando aquellas en las que me equivoque, para mandarme al Infierno”! Si así fuera, muchos queridos hermanos, a los  cuales el G12 o Gobierno de los Doce (Opus Dei de los Jesuitas infiltrado) les hizo un lavado de cerebro o manipuló sus emociones irían de cabeza al Infierno, por practicar doctrina heréticas. Pero no; cuando el Espíritu Santo les abre los ojos, ellos salen de allí, porque son parte del pueblo de Dios: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. (Apocalipsis 18.4). ¡Aunque lamentablemente todos los días cometemos algún pecado o desviación de Su enseñanza, enseguida acudimos a Él por perdón, porque somos Sus hijos!
6º) Sin embargo, leemos en 2º Juan 1.9 que el que “NO persevera EN LA DOCTRINA de Cristo,NO TIENE A DIOS; el que persevera en la doctrina de Cristo, ÉSE SÍ tiene al Padre y al Hijo.
7º) ¡Epa! Entonces NO es tan cierto eso de que ““Dios NO está obsesionado con que tengamos la Doctrina correcta, pero sí el corazón”. Es cierto que “podemos creer todas las cosas correctas y estar perdidos”; pero NO es cierto al revés: que podemos vivir, practicar, creer, profesar una Herejía todo el tiempo, toda nuestra vida y así y todo, ser salvos! No estamos hablando aquí de perfección; puede ser -como en el caso de los engañados por el G12, que han sido arrastrados y convencidos por su otrora pastor de sana doctrina y que luego se desvió y los involucró en los llamados Encuentro con Dios (lavándoles el cerebro en tres días y manipulando sus emociones) que ellos estén un tiempo en esas herejías, hasta que el efecto psicológico pasajero se debilitó. Pero, si son de veras del Señor y han sido lavados con la Sangre preciosa de Cristo, como el Hijo Pródigo retornarán al Padre. Y si no lo hacen, si no regresan al redil, ES PORQUE NUNCA HAN TENIDO AL PADRE Y AL HIJO (2º Juan 1.9).
Lamentablemente, ES MUY CIERTO QUE PUEDE SUCEDER AL REVÉS: tener la Doctrina correcta pero el corazón hipócrita; un religioso irreprochable en su conducta: no fuma, no fornica, no va al baile… pero NUNCA su corazón se humilló ante el Señorío de Cristo y NUNCA se reconoció un pecador perdido y JAMÁS experimentó un genuino ARREPENTIMIENTO de sus pecados y JAMÁS reconoció que es un miserable IDÓLATRA que se postra ante las imágenes y que ha hecho un pacto jesuítico de simular ser un cristiano en las filas de verdaderos cristianos, para dividir, confundir y engañar si fuese posible, aun a los escogidos.
Digo esto, porque lo tengo muy presente ahora mismo y es lo que vengo meditando e investigando, a raíz de los hechos sucedidos en  estos días, que son de conocimiento público.
En fin, que AMBOS, el corazón correcto y la doctrina correcta deben marchar juntos. Y viene a mi memoria este texto tan apropiado para esta meditación: “Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia”. (Romanos 10.2).
Podríamos armar cuatro grupos:
1) Tienen Celo pero no tienen Ciencia (corazón acertado, doctrina errada);
2) Tienen Ciencia pero no tienen Celo (doctrina acertada, pero corazón errado);
3) No Tienen ni Celo ni Ciencia;
4) Tienen Celo y tienen Ciencia.
¿A cuál grupo te gustaría pertenecer?

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