“UNA IGLESIA SIN IGLESIA” UN PELIGRO LATENTE!!
Mario Fumero.
En un análisis que hice sobre el fenómeno de la llamada Iglesia Emergente encontré en una página web la siguiente afirmación; “Se estima que debe de haber alrededor de trece millones de cristianos nacidos de nuevo en lo que ya es conocido como “La Iglesia-Sin Iglesia” de los Estados Unidos. Estos cristianos por alguna razón u otra han dejado sus congregaciones anteriores, y ya no son miembros ni asisten a ninguna iglesia organizada[1]” y frente a esta afirmación me dedique a investigar el porqué este fenómeno, que algunos le han dado por llamar la nueva reforma.
Actualmente se habla de dos reformas evangélicas, por un lado la de la corriente apostólica, que proclama una nueva verdad en torno a unos apóstoles que se convierten en la punta de la pirámide de una estructura jerárquica, en donde los tales apóstoles poseen una nueva revelación para la iglesia de hoy, orillando la Palabra de Dios como la única revelación dada a los hombres. Por otro lado, y en un aspecto contrario al centralismo jerárquico del movimiento apostólico, aparece la llamada Iglesia Emergente, que echa abajo el esquema del edificio llamado iglesia, para establecer un principio bíblico que funciona en países en donde la libertad de culto es restringida, y que a su vez caracterizo el accionar de la iglesia en la era apostólica del libro de los Hechos, y es la dinámica de la iglesia en casas o la casas cultos como le llaman en Cuba, técnica de evangelismo difundida por décadas en China, y países de la extinta Unión Soviética.
El modelo de “Iglesia en casa” se expandió en la China comunista como un método que genero un crecimiento fantástico, y de ello se escribe: “En 1948, en un esfuerzo por acabar con el cristianismo, la nueva forma de gobierno comunista de China expulsó a todos los misioneros cristianos del país. Dejando atrás aproximadamente 30,000 cristianos convertidos sin nadie para guiarlos. El gobierno chino entonces estableció una iglesia oficial controlada por el estado; participar en cualquier otra iglesia sería castigado con cárcel y más, aún con la muerte. Estos cristianos huérfanos fueron forzados a ocultarse, y a reunirse en lugares secretos, manteniendo su fe viva por sus testimonios y por pequeñas porciones de las escrituras que ellos podían encontrar. Seguido copiaban a mano una o dos páginas de la Biblia, tal vez un libro completo, pero muy pocos tenían una Biblia disponible. Cuarenta años más tarde cuando alguna comunicación abierta con China se reanudó, fue descubierto algo increíble que había pasado. Sin Biblias, sin misioneros, reuniéndose secretamente en hogares la perseguida iglesia en casas creció tanto, que se estima alcanzó hasta 80 millones de personas. Por muchos estándares, China pudiera ser considerado el país más cristiano en el mundo, y considerando la persecución que han sufrido en el proceso, asumimos que no son solamente miembros casuales de la iglesia, sino cristianos serios y comprometidos”[2]. Creo que este modelo de iglesia es valedero y justificable siempre y cuando el motivo por el cual se implante sea de crecimiento, fortalecimiento de las relaciones y seguridad en momentos difíciles para los cristianos, pero de ahí, a establecerlo como un sustituto de la unidad de la Iglesia como cuerpo de Cristo hay mucha diferencia. Repito, el modelo de iglesia en casas es valedero, pero no se ajusta en sí al trasfondo de la corriente “iglesia emergente”, y veremos el porqué de tal afirmación.
Personalmente, cuando comencé mi trabajo pastoral en Honduras, el centro de operación de evangelismo fueron las casas. No teníamos un local grande de operaciones, al cual erróneamente le llamamos “Iglesia”, y por lo tanto, era en hogares en donde comenzamos los cultos y los discipulados. El hecho de establecer “casa-cultos” o “la iglesia en casa” o “grupos de crecimiento” o como le quieran llamar, no tiene nada de malo, al contrario, debemos tener un sistema de crecimiento en donde cada hogar solido sea una extensión del quehacer de la Iglesia en la comunidad como ocurrió en la Iglesia primitiva (Hch 5:42). Si este principio es bíblico ¿Cuál es el peligro del movimiento emergente? Pues sencillo, el peligro está en tratar de abolir el concepto de Iglesia y de la comunión de los santos para un fin determinado, y establecer un tipo de culto anárquico, en donde cada casa y grupo pueda hacer lo que le dé la gana, sin definir una doctrina clara sobre el quehacer evangelistero y bíblico de la iglesia mística de Jesús. Este movimiento no solo rechaza la unidad de los creyentes de las diversas casas para formar una comunidad, sino que desarrollan una teología neoliberal, humanista y pragmática, en donde se anulan los principios bíblicos tradicionales, para dar paso a enseñanzas heréticas y apostaticas, muchas veces con contenido esotérico como es el contemplacionismo del yoga.
Esta corriente nace debido a la crisis actual de la iglesia institucional, la cual no solo se ha acomodado al “modus vivendus” de la sociedad, sino que ha caído en la trampa de la codicia, el mega crecimiento y exaltación humana, divorciando el mensaje, del quehacer de la vida (la ortopraxi de la ortodoxia). Esta decadencia de la iglesia estructural produce una frustración en aquellos, que cansado del culto-espectáculo o del mercantilismo religioso, o de los llamados apóstoles iluminados que abusan del poder, optan por quedarse en sus casas, y establecer una iglesia casera, afirmando, y con razón, que a Dios se le puede servir en cualquier lugar, y desarrollando una conducta critica y liberal.
CONCEPTO DE IGLESIA.
El término “iglesia” proviene de la voz griega ἐκκλησία (transliterado como ekklēsía) vía el latín ecclesia, y la cual denotaba “la formación de una asamblea o reunión de ciudadanos congregados en razón de una convocatoria pública (generalmente el llamado de un mensajero oficial o heraldo), para asuntos usualmente de orden político, y se entiende de esta manera en pasajes bíblicos como el de Hechos de los apóstoles”[3]. No se refería a un edificio al cual erróneamente le llamamos “iglesia”, ni a una estructura jerárquica, sino a la unidad de diversos grupos de creyentes en torno a Jesús como Señor (Kyrios) para la edificación y proclamación del evangelio, y así ejercer la ayuda mutua, de acuerdo a la necesidades del cuerpo, como enseña la Biblia. Cuando el edificio este vacio, allí solo está un salón, no la iglesia, pero cuando un grupo de discípulos de Jesús se juntan para adorarle, aunque sea debajo de un árbol de mango, allí está la Iglesia. El otro concepto de “templo” es de origen pagano y se refiere a la morada de los Dioses, en tal caso Pablo afirma que nosotros (nuestro cuerpo) es el templo del Espíritu santo), porque Dios no habita en templos hecho por mano de hombres, como creían los griegos y los judios (1 Cor 6:19, Hch 17:24) El problema que suscita el movimiento emergente no radica en el hecho de que se congreguen por casas, sino en la forma critica de enfocan la realidad de la iglesia estructural, y sus énfasis post modernistas, que tienden a negar ciertas verdades fundamentales de la Palabra de Dios. El desechar la corriente de la prosperidad o codicia, el radicalizar el verticalismo de la autoridad ministerial y el condenar a una iglesia atrapada dentro de cuatro paredes no es en sí el problema, pues son realidades que todos debemos aceptar y combatir, pero el negar el infierno, la veracidad de las Sagradas Escrituras, el diluir el camino de salvación, el llamarle hermanos a los que tienen una religiones contrarias a la fe cristiana, el negar la veracidad del pecado y enfatizar como valedera todas las corrientes post modernista, SÍ es una acción que podemos catalogar herética y apostatica.
No quiero condenar el modelo de la iglesia en casas, porque en la época de los apóstoles ellos evangelizaban por las plazas y calles y a los convertidos los llevaban a las casas para doctrinarlos. Sin embargo, el era evidente que en cierto momento, posiblemente el primer día la semana, se juntaban en determinados lugares todos los grupos caseros para la edificación de la iglesia (1 Cor 16:2). Acepto el enfoque de usar las casas para solides, evangelización y fraternidad, pero no por ello debemos ignorar a necesidad de respetar un orden bíblico y de estructura de sujeción de acuerdo al parámetro escritural de lo que es la iglesia como cuerpo de Cristo. Cuando se habla de Iglesia en la Biblia no solo se refiere a un grupo casero, sino a todos los creyentes de una ciudad, es ahí cuando en el libro de los Hechos de los apóstoles encontramos una referencia a la Iglesia de Jerusalén y a la iglesia de Antioquia, referencia que habla de una ciudad y no de usa casa, veamos el texto tanto en griego, como en español: “ηκουσθη δε ο λογος εις τα ωτα της εκκλησιας της εν ιεροσολυμοις περι αυτων και εξαπεστειλαν βαρναβαν διελθειν εως αντιοχειας”. “Y llegó la fama de estas cosas á oídos de la iglesia que estaba en Jerusalem: y enviaron á Bernabé que fuese hasta Antioquía”. Hch 11, 22 (TR1894 y RVA). Pero no ignoráramos el hecho que en la ciudad habían muchas casa cultos, y que aunque funcionaban separadas, en ciertos momentos los grupos caseros se unían como la iglesia de la ciudad para la edificación mutua.
Es indudable la existencia des la casas-iglesias en la época apostólica, de ello escribe Pablo al referirse a las mismas. Veamos la versión griega original:“και την κατ οικον αυτων εκκλησιαν ασπασασθε επαινετον τον αγαπητον μου ος εστιν απαρχη της αχαιας εις χριστον”. Y s traducción “Asimismo á la iglesia de su casa. Saludad á Epeneto, amado mío, que es las primicias de Acaya en Cristo” Rom 16: 5 . Esta forma de haber casa-iglesia era producto de las circunstancias históricas de su tiempo, pues eran perseguidos. Lo que no podemos aceptar actualmente esd que casas establecidas como iglesia funcione aislada del concepto de cuerpo, expresado por Pablo en la Palabra, porque la verdadera iglesia es aquella que sigue el patrón bíblico de unidad en la cabeza que es Cristo, como escribe el Apóstol “”Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” 1° Corintios 12:27.
Así que podemos aceptar la existencia de Iglesias en casas siempre y cuando este concepto no anule la unidad de las casas en la formación de una iglesia, cuyo cuerpo místico es gobernado por ancianos o pastores y que se someta totalmente a las enseñanzas de la Palabra. Cualquier otra idea contraria a esto llevaría al grupo a un anarquismo espiritual y por ende, a caer en grandes herejías y doctrinas exóticas.
Cuidado pues con una enseñanza sincrética, que introduce elementos ajeno a los principios bíblicos. Debemos pues escudriñarlo todo y retened lo bueno.
Mario Fumero.
En un análisis que hice sobre el fenómeno de la llamada Iglesia Emergente encontré en una página web la siguiente afirmación; “Se estima que debe de haber alrededor de trece millones de cristianos nacidos de nuevo en lo que ya es conocido como “La Iglesia-Sin Iglesia” de los Estados Unidos. Estos cristianos por alguna razón u otra han dejado sus congregaciones anteriores, y ya no son miembros ni asisten a ninguna iglesia organizada[1]” y frente a esta afirmación me dedique a investigar el porqué este fenómeno, que algunos le han dado por llamar la nueva reforma.
Actualmente se habla de dos reformas evangélicas, por un lado la de la corriente apostólica, que proclama una nueva verdad en torno a unos apóstoles que se convierten en la punta de la pirámide de una estructura jerárquica, en donde los tales apóstoles poseen una nueva revelación para la iglesia de hoy, orillando la Palabra de Dios como la única revelación dada a los hombres. Por otro lado, y en un aspecto contrario al centralismo jerárquico del movimiento apostólico, aparece la llamada Iglesia Emergente, que echa abajo el esquema del edificio llamado iglesia, para establecer un principio bíblico que funciona en países en donde la libertad de culto es restringida, y que a su vez caracterizo el accionar de la iglesia en la era apostólica del libro de los Hechos, y es la dinámica de la iglesia en casas o la casas cultos como le llaman en Cuba, técnica de evangelismo difundida por décadas en China, y países de la extinta Unión Soviética.
El modelo de “Iglesia en casa” se expandió en la China comunista como un método que genero un crecimiento fantástico, y de ello se escribe: “En 1948, en un esfuerzo por acabar con el cristianismo, la nueva forma de gobierno comunista de China expulsó a todos los misioneros cristianos del país. Dejando atrás aproximadamente 30,000 cristianos convertidos sin nadie para guiarlos. El gobierno chino entonces estableció una iglesia oficial controlada por el estado; participar en cualquier otra iglesia sería castigado con cárcel y más, aún con la muerte. Estos cristianos huérfanos fueron forzados a ocultarse, y a reunirse en lugares secretos, manteniendo su fe viva por sus testimonios y por pequeñas porciones de las escrituras que ellos podían encontrar. Seguido copiaban a mano una o dos páginas de la Biblia, tal vez un libro completo, pero muy pocos tenían una Biblia disponible. Cuarenta años más tarde cuando alguna comunicación abierta con China se reanudó, fue descubierto algo increíble que había pasado. Sin Biblias, sin misioneros, reuniéndose secretamente en hogares la perseguida iglesia en casas creció tanto, que se estima alcanzó hasta 80 millones de personas. Por muchos estándares, China pudiera ser considerado el país más cristiano en el mundo, y considerando la persecución que han sufrido en el proceso, asumimos que no son solamente miembros casuales de la iglesia, sino cristianos serios y comprometidos”[2]. Creo que este modelo de iglesia es valedero y justificable siempre y cuando el motivo por el cual se implante sea de crecimiento, fortalecimiento de las relaciones y seguridad en momentos difíciles para los cristianos, pero de ahí, a establecerlo como un sustituto de la unidad de la Iglesia como cuerpo de Cristo hay mucha diferencia. Repito, el modelo de iglesia en casas es valedero, pero no se ajusta en sí al trasfondo de la corriente “iglesia emergente”, y veremos el porqué de tal afirmación.
Personalmente, cuando comencé mi trabajo pastoral en Honduras, el centro de operación de evangelismo fueron las casas. No teníamos un local grande de operaciones, al cual erróneamente le llamamos “Iglesia”, y por lo tanto, era en hogares en donde comenzamos los cultos y los discipulados. El hecho de establecer “casa-cultos” o “la iglesia en casa” o “grupos de crecimiento” o como le quieran llamar, no tiene nada de malo, al contrario, debemos tener un sistema de crecimiento en donde cada hogar solido sea una extensión del quehacer de la Iglesia en la comunidad como ocurrió en la Iglesia primitiva (Hch 5:42). Si este principio es bíblico ¿Cuál es el peligro del movimiento emergente? Pues sencillo, el peligro está en tratar de abolir el concepto de Iglesia y de la comunión de los santos para un fin determinado, y establecer un tipo de culto anárquico, en donde cada casa y grupo pueda hacer lo que le dé la gana, sin definir una doctrina clara sobre el quehacer evangelistero y bíblico de la iglesia mística de Jesús. Este movimiento no solo rechaza la unidad de los creyentes de las diversas casas para formar una comunidad, sino que desarrollan una teología neoliberal, humanista y pragmática, en donde se anulan los principios bíblicos tradicionales, para dar paso a enseñanzas heréticas y apostaticas, muchas veces con contenido esotérico como es el contemplacionismo del yoga.
Esta corriente nace debido a la crisis actual de la iglesia institucional, la cual no solo se ha acomodado al “modus vivendus” de la sociedad, sino que ha caído en la trampa de la codicia, el mega crecimiento y exaltación humana, divorciando el mensaje, del quehacer de la vida (la ortopraxi de la ortodoxia). Esta decadencia de la iglesia estructural produce una frustración en aquellos, que cansado del culto-espectáculo o del mercantilismo religioso, o de los llamados apóstoles iluminados que abusan del poder, optan por quedarse en sus casas, y establecer una iglesia casera, afirmando, y con razón, que a Dios se le puede servir en cualquier lugar, y desarrollando una conducta critica y liberal.
CONCEPTO DE IGLESIA.
El término “iglesia” proviene de la voz griega ἐκκλησία (transliterado como ekklēsía) vía el latín ecclesia, y la cual denotaba “la formación de una asamblea o reunión de ciudadanos congregados en razón de una convocatoria pública (generalmente el llamado de un mensajero oficial o heraldo), para asuntos usualmente de orden político, y se entiende de esta manera en pasajes bíblicos como el de Hechos de los apóstoles”[3]. No se refería a un edificio al cual erróneamente le llamamos “iglesia”, ni a una estructura jerárquica, sino a la unidad de diversos grupos de creyentes en torno a Jesús como Señor (Kyrios) para la edificación y proclamación del evangelio, y así ejercer la ayuda mutua, de acuerdo a la necesidades del cuerpo, como enseña la Biblia. Cuando el edificio este vacio, allí solo está un salón, no la iglesia, pero cuando un grupo de discípulos de Jesús se juntan para adorarle, aunque sea debajo de un árbol de mango, allí está la Iglesia. El otro concepto de “templo” es de origen pagano y se refiere a la morada de los Dioses, en tal caso Pablo afirma que nosotros (nuestro cuerpo) es el templo del Espíritu santo), porque Dios no habita en templos hecho por mano de hombres, como creían los griegos y los judios (1 Cor 6:19, Hch 17:24) El problema que suscita el movimiento emergente no radica en el hecho de que se congreguen por casas, sino en la forma critica de enfocan la realidad de la iglesia estructural, y sus énfasis post modernistas, que tienden a negar ciertas verdades fundamentales de la Palabra de Dios. El desechar la corriente de la prosperidad o codicia, el radicalizar el verticalismo de la autoridad ministerial y el condenar a una iglesia atrapada dentro de cuatro paredes no es en sí el problema, pues son realidades que todos debemos aceptar y combatir, pero el negar el infierno, la veracidad de las Sagradas Escrituras, el diluir el camino de salvación, el llamarle hermanos a los que tienen una religiones contrarias a la fe cristiana, el negar la veracidad del pecado y enfatizar como valedera todas las corrientes post modernista, SÍ es una acción que podemos catalogar herética y apostatica.
No quiero condenar el modelo de la iglesia en casas, porque en la época de los apóstoles ellos evangelizaban por las plazas y calles y a los convertidos los llevaban a las casas para doctrinarlos. Sin embargo, el era evidente que en cierto momento, posiblemente el primer día la semana, se juntaban en determinados lugares todos los grupos caseros para la edificación de la iglesia (1 Cor 16:2). Acepto el enfoque de usar las casas para solides, evangelización y fraternidad, pero no por ello debemos ignorar a necesidad de respetar un orden bíblico y de estructura de sujeción de acuerdo al parámetro escritural de lo que es la iglesia como cuerpo de Cristo. Cuando se habla de Iglesia en la Biblia no solo se refiere a un grupo casero, sino a todos los creyentes de una ciudad, es ahí cuando en el libro de los Hechos de los apóstoles encontramos una referencia a la Iglesia de Jerusalén y a la iglesia de Antioquia, referencia que habla de una ciudad y no de usa casa, veamos el texto tanto en griego, como en español: “ηκουσθη δε ο λογος εις τα ωτα της εκκλησιας της εν ιεροσολυμοις περι αυτων και εξαπεστειλαν βαρναβαν διελθειν εως αντιοχειας”. “Y llegó la fama de estas cosas á oídos de la iglesia que estaba en Jerusalem: y enviaron á Bernabé que fuese hasta Antioquía”. Hch 11, 22 (TR1894 y RVA). Pero no ignoráramos el hecho que en la ciudad habían muchas casa cultos, y que aunque funcionaban separadas, en ciertos momentos los grupos caseros se unían como la iglesia de la ciudad para la edificación mutua.
Es indudable la existencia des la casas-iglesias en la época apostólica, de ello escribe Pablo al referirse a las mismas. Veamos la versión griega original:“και την κατ οικον αυτων εκκλησιαν ασπασασθε επαινετον τον αγαπητον μου ος εστιν απαρχη της αχαιας εις χριστον”. Y s traducción “Asimismo á la iglesia de su casa. Saludad á Epeneto, amado mío, que es las primicias de Acaya en Cristo” Rom 16: 5 . Esta forma de haber casa-iglesia era producto de las circunstancias históricas de su tiempo, pues eran perseguidos. Lo que no podemos aceptar actualmente esd que casas establecidas como iglesia funcione aislada del concepto de cuerpo, expresado por Pablo en la Palabra, porque la verdadera iglesia es aquella que sigue el patrón bíblico de unidad en la cabeza que es Cristo, como escribe el Apóstol “”Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” 1° Corintios 12:27.
Así que podemos aceptar la existencia de Iglesias en casas siempre y cuando este concepto no anule la unidad de las casas en la formación de una iglesia, cuyo cuerpo místico es gobernado por ancianos o pastores y que se someta totalmente a las enseñanzas de la Palabra. Cualquier otra idea contraria a esto llevaría al grupo a un anarquismo espiritual y por ende, a caer en grandes herejías y doctrinas exóticas.
Cuidado pues con una enseñanza sincrética, que introduce elementos ajeno a los principios bíblicos. Debemos pues escudriñarlo todo y retened lo bueno.
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