jueves, 10 de mayo de 2012

FALSOS APOSTOLES


FALSOS APOSTOLES 

Observaciones y comentarios breves

1.  Todo este actual embrollo religioso de “profetas, profetisas, apóstoles, mujeres apóstoles, obispos frente a movimientos carismáticos de su propia invención”, etcétera, comenzó en Azusa Street, Los Ángeles, California, en el año 1906, con las doctrinas y prácticas introducidas por William Seymour, hombre casi analfabeto, y seguramente, un analfabeto doctrinal y espiritual. La ignorancia doctrinal suele crecer y regarse como la maleza en medio de personas que desconocen la “sana doctrina” (Tito 2:1) del Nuevo Testamento, y asimismo sucedió en el caso de William Seymour, afro americano sin credenciales para ser evangelista, y las multitudes sugestionadas y vencidas por su descontrolado emocionalismo religioso, con las concomitantes “lenguas extáticas”, “danzas en el espíritu”, fieras diatribas, etcétera. (Esta historia es ampliada y documentada en “El Pentecostalismo: su origen y desarrollo en Estados Unidos de América” y “El pentecostalismo llega a Puerto Rico vía Hawai”. www.editoriallapaz.org/pentcostalismo_origen_e_historia.html/  
2.  El “fuego” encendida en Los Ángeles llegó a Puerto Rico en el 1915. A una población que, en su inmensa mayoría, de Biblia no sabía prácticamente nada, ni siquiera la elemental distinción entre el Antiguo Testamento de Moisés y el Nuevo Testamento de Jesucristo (2 Corintios 3:6-17; Hebreos 7:12, y numerosos textos adicionales que realzan la distinción). ¿Cómo sabría tal pueblo discernir entre el “gran poder” de Satanás que opera en “señales y prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:9), y los “dones espirituales” auténticos de Dios, Cristo y el Espíritu Santo (1 Corintios 12:1-10)? Carecía de las herramientas para el análisis inteligente, específicamente, el conocimiento correcto de la “doctrina de Cristo” (2 Juan 8-11).
3.  Andando el tiempo, gran parte de los puertorriqueños sale del analfabetismo y la miseria material. Muchos de la clase media, y no pocos de estratos sociales más altos, procurando una alternativa al catolicismo romano o al secularismo rampante, se “convierten al pentecostalismo”. Pero, ¿qué sabían de Biblia antes de tomar la decisión? Lastimosamente, el mismo analfabetismo doctrinal y espiritual característico de las décadas anteriores a la de los 1950 seguía cundiéndose en ellos, pese a su preparación académica y creciente prosperidad.
4.  Materialmente, durante la segunda mitad del Siglo XX, y hasta el día de hoy, Puerto Rico prospera notablemente. El “pentecostalismo” crece y se enriquece al paso. Cientos de miles de miembros. Compran, o construyen, miles de locales, emisoras de radio y de televisión, librerías, editoriales, etcétera. Y siguen aumentando. Cualquiera de ellos, bien sea dama o varón, con o sin credenciales académicas, que “sienta el llamamiento al pastorado”, monta una carpa, alquila un local o habilita aunque sea la marquesina o un cuarto de su casa, se da algún “título”, como “pastor”, “pastora”, “reverendo”, “profeta”, “profetisa”, y reclamando “inspiración divina” al proclamar “Dios me ha revelado… he visto en sueños… Dios me dice…” , empieza a predicar “conversión”, “restauración”, “lenguas angelicales”, “sanidades”, “rapto”, “inminente Segunda Venida de Cristo”, “blasfemia contra el Espíritu para quien no me haga caso”, etcétera, etcétera. Ya tiene su propio “pequeño negocio religioso”. Lo promueve y lo opera como tal. Él es “dueño y administrador”. Con celo infundido de fanatismo, busca “clientes” que aporten los “diezmos” que él exige insistente y constantemente. Con diez o doce, se sostiene. Además, si es astuto, se ingenia múltiples estrategias para recaudar más fondos. Y si su presencia corporal impresiona, si sus actuaciones en la tarima son convincentes, y si ostenta algo de carisma, quizá crezca vertiginosamente su “negocio”, no siendo ya “pequeño” sino poderoso e influyente, probablemente con “sucursales” bajo la supervisión de la “iglesia madre”.
5.  Últimamente, está muy de moda darse el título de “apóstol”, como si “reverendo” o “profeta” quedaran cortos. Algunas pastoras pentecostales, en su afán de hasta superar a los varones en todo ministerio, no se quedan rezagadas, también adjudicándose el título de “apóstol”. Debería leer “apóstola”, supongo, pero, hasta dónde sepa este servidor, todavía ninguna se atribuye semejante título.
a)  Consideremos el caso del profeta Jim Stevens y la apóstol Judy Stevens, pareja que el pastor Javier Román, de la “Casa de Restauración”, ha invitado a Puerto Rico. Jim es “profeta”, subdirector del “Ministerio Christian International”, cuyo director es el Doctor Bill Hamon. Y Judy es “apóstol”. Americanos. Que mezclan el español con el inglés en el nombre de su organización “Ministerio Christian International”. Vienen a Puerto Rico para seguir embaucando a los ingenuos, y a los no tan ingenuos. Se deduce que Judy es superior a Jim, pues, caramba, ¡ella es “apóstol”, siendo Jim mero profeta! ¿No eran los apóstoles del Señor superiores a los profetas en la iglesia del Siglo I? “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas …” (1 Corintios 12:28). Así pues, Judy es superior a Jim. Pero, ¿no ordena el Espíritu Santo a la mujer a no “ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”? Precisamente, ese es el mandamiento. Y las razones nada tienen que ver con “cultura” sino que son: “Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” (1 Timoteo 2:11-15). Dígame: ¿no tengo razón al observar que los pentecostales ignoran las Escrituras? Tal cual los saduceos. “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29), señaló Cristo.
b)  Ningún hombre o mujer del presente puede ser verdadero apóstol del Señor por la razón de que ninguno puede cumplir los requisitos asentados en Hechos 1:21-22. “Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.”
c)  ¿“Mujer apóstol”? ¡Qué barbaridad! ¡Nunca hubo en el tiempo de Cristo y los verdaderos apóstoles de él! “Falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo”, sí los hubo (2 Corintios 11:13-15), y los hay hoy día en número alarmante. Cantidad de hábiles mercaderes religiosos. “Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2 Pedro 2:1-3).
d)  Me pregunto si la apóstol Wanda Rolón apoya a la apóstol Judy Stevens.
6.  “Ministerio Christian International” y “Casa de Restauración” te invitan a Entrenamiento Profético. Se estarán escogiendo varios lideres asistentes  para trabajar como profetas en el evento de Agosto, del ministerio del Obispo Bill Hamon en le Centro de Convenciones de San Juan.” (Copiado electrónicamente.)
a)  ¿Por qué es necesario “entrenar” a “líderes asistentes para trabajar como profetas”?
b)  ¿No contiene el Nuevo Testamento directrices para los profetas? Si, en definitiva. Para los verdaderos. En 1 Corintios 14:29-40. A que Bill Hamon, Jim y Judy Stevens, con Javier Román, no enseñen ni practiquen los preceptos del pasaje citado. Como tampoco siguen los pentecostales las directrices tan precisas sobre lenguas extrañas y la función de la mujer en la iglesia asentadas en 1 Corintios 14.
c)  ¡Muchísimo cuidado con estos “ministerios internacionales”! Sus creadores y administradores tienen fama de montar espectáculos ingeniosamente diseñados para explotar a los crédulos. Con rarísimas excepciones, lucro, fama y poder es lo que persiguen.
7.  Señalar a personas como las que se mencionan en este caso, a mí no me trae satisfacción alguna, de modo alguno. Ojalá todo siervo que se identifica como “del Señor” fuera totalmente vertical, transparente e intachable en su proceder, portavoz, única y exclusivamente, de la sana  doctrina de Cristo” (Hebreos 6:1), siempre “procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres” (2 Corintios 8:21), pero esta condición ideal nunca ha existido, ni existirá en este mundo. Por difícil o imposible sea alcanzar lo ideal, no por ello desistían Cristo, los apóstoles y los evangelistas del Siglo I, de señalar, hasta por nombre a los falsos (2 Timoteo 1:15; 2:17-18; 4:10), exhortando a los cristianos de “sincera fidelidad” (2 Corintios 11:3) a hacer lo mismo. “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos(Romanos 16:17-18).
8.  PUERTO RICO, “isla del encanto”. Pero, verdadera y lamentablemente, este país también se distingue por la multiplicación asombrosa de falsos apóstoles, profetas y pastores nacidos en este terruño, o arrimados de otros países. Asimismo sucede acá, pues este caso escrutado es solo uno de cientos, y aun de miles parecidos. ¿Hasta cuándo será este país semillero de falsos apóstoles y obreros fraudulentos? Hasta cuando el pueblo no aprenda a apreciar y adquirir el “conocimiento de” la “voluntad” de Dios “en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9). “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). “Libres” de mercaderes religiosos, de “lobos rapaces” que no perdonan “al rebaño” (Hechos 20:29-30), de “ministros” que “se disfrazan como ministros de justicia” (2 Corintios 11:13-15).
9.  Sin duda, muchos pentecostales saben en lo más profundo de su ser que lo que descubrimos es la pura verdad de realidades innegables. Tal vez no pocos quisieran bajar del “Tren del Pentecostalismo”, pero no encuentran cómo, pues ese “Tren” corre a las millas, y los tripulantes siempre están gritando “Blasfemia contra el Espíritu Santo” a quienes cuestionan cómo es conducido el “Tren”, o su eventual destino. Pero, los entendidos valientes, habiendo aprendido “las palabras de la fe y de la buena doctrina” (1 Timoteo 4:6), saltan de ese “Tren” desenfrenado. Lejos de estropearse, caen suavemente en la auténtica iglesia del Señor, donde encuentran verdadero refrigerio para sus almas.
10.  Queridos PUERTORRIQUEÑOS todos, tanto religiosos como no religiosos, quisiéramos que sepan que existe una alternativa bíblica a las religiones populares de este país. Se trata de la iglesia que Cristo mismo edificó, regida por el Nuevo Testamento en organización, culto y obras. Una iglesia que hace “todo para edificación”, “todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:26, 40). Congregaciones leales a su “cabeza” Jesucristo también existen en este país. Si usted, respetado lector, desea conocer a una, nos puede contactar con toda confianza. No buscamos “lo vuestro, sino a vosotros” para el Señor, para salvación eterna, y no para nuestra gloria, ni para nuestra “organización”, pues ninguna tenemos sino que hemos sido añadidos a la iglesia de Cristo, por Cristo mismo (Hechos 2:47), y deseamos ardientemente las mismas bendiciones para usted.

No hay comentarios:

Publicar un comentario