Han ocurrido muchas cambios en los últimos 50 años, cambios positivos y negativos tanto en lo tecnológico, como en lo social y moral. Estos cambios han contribuido a muchas mejores, pero, quizás el daño hecho sea mayor que el bien realizado.
¿Qué daño hemos experimentado que opaque el progreso humano? El mayor de todo es el trastoque de los valores tradicionales, pues las nuevas corrientes pragmáticas y relativistas han convertido las bases de la sociedad en algo caduco, decadente y sin valor positivo, socavándose así todos los principios fundamentales de una sociedad que supuestamente dice ser cristiana.
En la educación de los hijos se ha desarmado a los padres. Hemos cambiado el principio de autoridad y disciplina por el de tolerancia y permisividad, creándose una democracia familiar que anula la disciplina con el cuento del genero, anulándose de esta forma todo orden estructural de mando. ¿Quién es la cabeza de la familia? Según el esquema actual todos somos cabeza y todos tenemos los mismos derechos, sin definirse los roles o deberes tanto de unos como de otros. Es más, las leyes protegen tanto al menor, que los padres carecen de medios para frenar su vertiginosa vida de libertad que los lleva a un libertinaje que muchas veces les conduce al delincuencia, las drogas y las maras.
Un ejemplo que le puedo dar es el caso que pastoralmente tuve que atender. Un padre me pidió consejo porque su hijo iba mal en las clases, y no estudiaba. Le dije que a los míos los castigaba, y si no estudiaban, le suspendía ir a jugar con sus amigos los sábados. El hizo eso, y resulta que el hijo le dijo “Si no me dejas salir a jugar el sábado, me quejo en la fiscalía de los derechos humanaos porque estas impidiendo mi derecho a salir y la libre locomoción”.
La igualdad de género no debe anular los roles de mando, porque esto conduce al desastre. La causa de los males existente en la actualidad obedece al factor de una indisciplina generalizada, y sobre todo, la falta total de temor a la autoridad, la cual he sido absorbida por los nuevos esquemas imperantes de corte liberal en la psicología. Nadie le teme a nada. Los delincuentes se sienten amparado por la legislación vigente. Los hijos hacen lo que le da la gana y los padres carecen de armas para disciplinarlos, porque los valores tradicionales han sido carcomido por el concepto moderno de una libertad que sobrepasa los límites de la lógica y razón. Es necesario entender que toda libertad tienen límites y la autoridad familiar es la base del respeto a la autoridad social. Si la familia falla, la sociedad se hunde. Puedo afirmar que el desastre delincuencial de nuestra nación proviene del 45% de los niños que nacen de madre solteras, sin tener al lado una figura paterna.
Existen otras muchas áreas en que el progreso nos ha afectado, como por ejemplo, la pérdida de empleos por el uso de maquinarias y sistemas que simplifican la labor productiva, la comunicación, que ha hecho al mundo pequeño y lo mismo difunde mensajes positivos, como negativos etc. pero mi mayor preocupación es la pérdida de valores cristianos en el quehacer familiar, porque repito, la columna vertebral de la sociedad es la familia. El diablo sabes que dividiendo se destruye, y que una sociedad sucumbe cuando se pierde los valores familiares. Así que a nuestros legisladores deben revisar y razonar si con las leyes relativista que hemos creado, no somos culpable de producido el efecto delincuencial que hoy vivimos.
Quiero hacer un llamado al supremo congreso de la nación para que en la lucha por la delincuencia tome en cuenta la importancia de la autoridad familiar y de los valores tradicionales. Creo que deberán revisar, tanto las leyes de la niñez, como la de la familia. Estas normativas no se ajustan a la realidad cultural nuestra, y por ello, se la ha dado al menor más derechos de los que debe tener, y tristemente, a los padres se les ha desarmado para usar la autoridad. También debe desgaveta la ley de la paternidad responsable, que nunca han querido aprobarla, pera que los padres irresponsables, que fabrican hijos y los dejan tirado, se les obligué a ser responsables con ellos. También se debe establecer una materia educativa sobre cívica y ética en todos los niveles educativos. Aun en la universidades, debemos sensibilizar a los futuros médicos y profesionales a actuar no con lucro, sino con humanidad. Solo así podremos detener la pudrición que tristemente vive nuestra bella nación.
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