LA LUCHA PARA IMPONER LA FILOSOFIA DEL MOVIMIENTO GAY

Mario  Fumero

Todos tenemos derechos, lo único que el derecho de unos, no deben impedir el derecho de los demás, como dijo Benito Juárez “el respeto al derecho ajeno es la paz”. La libertad y la libre expresión no deben restringirse, aunque no estemos de acuerdo con lo expresado, siempre y cuando no usemos señalamientos falsos, libelos o calumnias.
El movimiento homosexual tiene derecho a expresar sus ideas, y realizar sus prácticas en privado, sin que nadie se lo impida, aunque tal acción sea contraria a la moral cristiana. De igual forma, los que no estamos de acuerdo con tal conducta, tenemos el derecho de expresarnos libremente, sin ser agredidos o amenazados por los defensores de este movimiento, siempre y cuando señalemos el pecado, y no al pecador como persona. Tampoco debemos insultar, irrespetar o atacar a lo que defiendan tal comportamiento. Sin embargo últimamente hemos visto una actitud muy agresiva de los movimientos lésbicos y gay, pues se han dedicado a llevar a los tribunales a aquellos pastores que predican sobre esta conducta y condenan como anormal tales actuaciones. Pero en su afán de revancha y aprovechando los espacios abiertos por algunas leyes a su favor, estos movimientos homosexuales van más lejos todavía, llegan a interrumpir manifestaciones y cultos religiosos, y a agredir a los que se expresan libremente contra la proliferación de esta corriente que cada vez se hace más fuerte y trata por todo los medios de imponer sus actuaciones como un patrón normal dentro de la sociedad.
Deseo que vean este video, en donde un grupo de cristianos predicaban en un parque de los Estados Unidos y señalaban en una pancarta los pecados que la Biblia condenan y son causa del juicio de Dios, entonces un grupo enfurecido de gay, de forma violenta, interrumpen el culto y arremeten tanto contra el predicador, como contra el que portaba la pancarta, golpeándole brutalmente, hasta que intervino la policía.  Veamos el video:

Nadie tiene derecho a agredir a los que sean de un bando o de otro, por defender una idea, aunque la misma no sea correcta. Tan condenable seria atacar una manifestación gay, como una contraria, porque debe prevalecer el derecho a discrepar y a expresarse libremente, sin acudir a la violencia. La libertad debe ser igual para todo, porque el respeto al derecho ajeno es la paz.