Veamos lo primero que uno oye hablar es acerca de los Encuentros. Te dicen que es algo que nunca experimentaste..que lo necesitas, que te hará bien. Que no te pueden comentar qué es.. pero que son tres días de mucha bendición, en los cuales Dios te va a hablar. Que tienes que prepararte para ello..Debes asistir al Pre-Encuentro..De últimas, si no has podido asistir al encuentro previo..lo más importante es que debes estar en oración..para que Dios esté preparando tu vida para esos tres días en los cuales tu vida cambiará. Claro..uno se resiste al principio..porque parece una invitación a convertirse a Cristo..porque te invitan a ti, que ya eres del Señor, pero también te aclaran que allí van todos: creyentes e inconversos. No puedes ir con tu propio automóvil, ni en tren, tampoco en bus. Tienes que aceptar viajar en los buses arrendados especialmente para la ocasión.Deberás abonar una suma que no es ni mucho ni poco, es una cifra respetable, pero que al final veras cuanta ganancia les deja. En todos los casos el “Encuentro con Dios” se realiza desde el viernes en la noche hasta el domingo a la tarde, en un lugar muy apartado. Cuando uno llega al lugar, se da cuenta que aunque quisiera no puede regresar por tus propios medio, estás en medio del campo y en una ruta alejada. Se experimenta un cierto temor, una cierta indefensión, pero ya es tarde. “¡Bienvenido! Hombre de Valor”.
És la credencial que nos entregan al ingresar al “Encuentro de Varones” ya que no es mixto. Ingresas a un salón previamente dispuesto con altoparlantes poderosos y música suave grabada que se escucha constantemente incluso cuando habla el orador, cuando se está desayunando, almorzando, merendando y cenando y también muy tarde por las noches, cuando cada encuentrista se retira en silencio a descansar. La presentación es típica de una empresa piramidal de aquellas que te ofrecen la venta de un producto sensacional como ser, un champú que sirve para lavar el carro, los platos, el piso y aun el cabello. También sirve para lavar la ropa. “Cada veinte o treinta minutos, Dios te va a sorprender” repite el presentador constantemente con una voz fuerte y animosa, típica de un programa televisivo. “¿Cómo es el Encuentro?” ( y él mismo te enseña a responder)..“Tremendo!!”. Otra vez. “El Encuentro es; Tremeeendo!”
La voz del que habla es cada vez más fuerte; tanto, que algunos buscan sentarse más atrás para estar lo más alejado posible de los altoparlantes. Todos están expectantes, intimidados, asustados, tensos, con dudas. Te enseñan que debes tener una actitud humilde, aquí no valen los títulos ni los cargos; pastores y miembros son todos iguales, no hay ninguna consideración especial para nadie. Utilizan La Biblia y cierto Manual, por el cual se guían en todo lo que realizan. En realidad no necesitan la Biblia ya que los pasajes bíblicos están todos consignados por entero en el Manual junto con las citas bíblicas. Al principio, las enseñanzas parecen todas bíblicas; con una tendencia claramente carismática. Pero esto se asume con cierta naturalidad. Además, quien ha decidido en último término asistir al Encuentro eres tú mismo. Así que te adaptas o te adaptas. Más te vale ‘demostrar’ que estás en la misma ‘onda’. La enseñanza que comienza siendo bíblica va incluyendo de a poco, conceptos nuevos que claramente contradicen la Palabra de Dios, pero es tan sutil el procedimiento que el que conoce poco las Escrituras es engañado con facilidad. Aquí habría que hacer un alto y relatar lo que ocurre antes de ascender al bus que te llevará al lugar en donde se realizará el Encuentro. Hay un mundo de gente, bolsos de mano y buses esperando. La iglesia anfitriona reúne a creyentes de otras iglesias, con o sin autorización de sus pastores. Pero no va cualquiera dado que cada uno es minuciosamente detallado y recomendado por otra persona de confianza. Es muy difícil que vaya alguno para ‘investigar’, para actuar como detective, a menos que mienta hábilmente. ¿Y qué creyente querrá mentir nada menos que ante un “Encuentro con Dios”? Una persona habla al grupo de aspirantes a encuentristas y les da una serie de advertencias sin detallar lo que se realizará en el Encuentro. La sensación que uno tiene es que será llevado a la sala de operaciones. La tentación de escapar de este lío es muy grande; hasta el último momento, pero la presión de quienes te rodean, conocidos o no, también es grande y no te animas. En el trayecto en bus, si se viaja con un conocido es mejor, pero aun así, todos llegan a conocerse y a formar una amistad. Todos parecen contentos; pero están nerviosos. Comienzan a entonar algunas canciones nuevas, pero muy sencillas, acerca de que el diablo está vencido, y la naturaleza carnal también. Una vez llegados al lugar del Encuentro ya está oscuro, quien desee huir no podrá porque no hay una sola persona en todo el desolado lugar de campo. No hay ruta conocida. Uno siente que está preso o secuestrado. Pero como todos estamos en la misma situación nos animamos y consolamos los unos a los otros, disimulando el nudo en la garganta. “¿Dónde me metí?” “Pero bueno, ya estoy aquí; veré qué sucede”. Lamentablemente no puedo afirmar que “si no me gusta me voy”. ¿Adónde me iré?..¿Cuál es la ruta?..¿Con qué medios de transporte? Retomamos el relato de lo que ocurre en el recinto de reuniones. Al poco rato de estar sentados nos avisan, y nos ordenan quitarnos los relojes, los celulares, las grabadoras, cámaras fotográficas, filmadoras, radios portátiles etc. Un inspector pasa por cada asiento y se lleva todo. Recuerda que no puedes mentir, eres del Señor. Serás confrontado nada menos que con Dios mismo. Seguramente si mientes te caerá un rayo encima. Pero no es por el castigo divino; tú tienes ‘principios’ éticos y espirituales. Por esta razón has asistido al Encuentro: porque quieres más de Dios (ya estás en la rosca). Como decía, la enseñanza está salpicada de textos bíblicos, comienza siendo bíblica, pero va incluyendo de a poco conceptos nuevos que claramente contradicen la Palabra de Dios. Es tan sutil el procedimiento que el que conoce poco las Escrituras termina envuelto fácilmente en esta atmosfera.
Te hablan de la Parábola del Hijo Pródigo, su regreso al hogar, en vez de ajustarse al relato bíblico, describen al hijo llegando a las puertas de la casa de su padre. Las puertas son enormes, altas y gruesas. El hijo cae de rodillas al suelo, clama, grita, llora, llama a su padre…!Qué figura¡..¡Cómo impacta!..Parece más bonita que la figura pintada en las Sagradas Escrituras. Porque una buena parte de la expectativa se rompe cuando leemos que ya el padre lo estaba esperando y que, viéndolo de lejos, corre a recibirlo como lo cuenta la Biblia. Pero la figura que te pintan ajena a la Escritura contiene una fuerte carga emocional el hijo ruega al padre para que éste lo reciba nuevamente en casa, el padre no oye porque los muros son altos y las puertas son gruesas. En realidad esto atrae porque los méritos recaen en el hijo que se esfuerza en lograr la atención de su padre. La realidad es muy distinta: es Dios que busca a la humanidad, es el Señor quien se esfuerza hasta la muerte para labrar nuestra Salvación. Los cambios sutiles se suceden uno detrás del otro. Te dicen que debes ponerte de rodillas con la frente en el suelo y clamar a Dios por tu vida hasta que Él se digne a escucharte, si lloras, gimes, luchas como lo hizo Jacob en Peniel hasta vencer a Dios y obtener la Bendición. Ahora eres un gusano y te arrastrarás por la tierra, no vales nada, eres un miserable pecador. Tus títulos y cargos no sirven, no eres nadie..(..ya estas..) No quiero que me laven el cerebro, hago como que tomo notas utilizando la birome y un cuaderno que nos fueran entregados y a escondidas anoto: “Esto no es cierto..La Palabra de Dios dice así y así, esto tampoco lo acepto, lo rechazo, es contrario a las Escrituras”. Cada frase sacrílega que afirman y repiten es rechazada por mí con otra frase basada en la Santa Biblia..Cómo agradezco el haber leído y estudiado concienzudamente Su Palabra!!!.¿Qué hubiera hecho, sin el conocimiento bíblico?.. ¿Con qué argumentos mi mente y mi corazón se hubieran defendido? Uno tras otro se suceden los disertantes, y somos bombardeados con nuevas ideas, sin darnos tiempo para meditar y razonar si estas cosas son así. En un momento dado presentan al principal del Encuentro, el cual dará la disertación central. “Lo recibimos con un fuerte aplauso a Cristo”. Todos tienen que aplaudirlo; se incentivan los aplausos afirmando…“Ud. está aplaudiendo al mismo Dios”… “Usted está aplaudiendo a Cristo”….(..Increiiible!!) “Ríete” te dicen “Mañana no serás el mismo”. Di a ti mismo:“Yo no seré el mismo” “Mira a tu compañero de asiento y ríete, larga una carcajada y ríete, no vas a ser igual”, “Es tiempo de Confrontación”, “Has tenido problemas con el faraón para venir aquí”, “Dios espera que dispongas tu corazón para. 1) Tres días de confrontación; 2) Encuentro genuino con Jesucristo; 3) Comprender quién eres y para qué eres; 4) Un lugar de transformación; 5) Éxito: depende de ti el éxito de tu encuentro con Dios; 6) Atrévete a confiar”. “Él tratará contigo, aun cuando duermas”. (Anoto en mi cuaderno: Todo esto mismo se podría decir, sin gritar tanto). “Pacto de silencio”..(Terrorífico y diabólico!!) Viene la sorpresa. “Ya le entregaste tu reloj, tu celular, tu tiempo, tu familia, ahora Él quiere, pide tus palabras”, “¿Te animas a entregarle a Dios tus palabras?”. “Vamos a hacer un pacto de silencio”, “No conversarás con tus hermanos en estos días, no desarrollarás ninguna conversación” “Sólo puedes hablar con un colaborador” (preparado por ellos).“Sí puedes declarar tu alabanza o consignar afirmaciones por escrito”. “Dí ahora: ‘Prometo no entrar en diálogo con mi hermano, ofrendo a Dios mis palabras”.. (¿¿??) “En los Encuentros se obliga moralmente a la gente a callar y no a divulgar nada de las experiencias que ha tenido en dicho eventos”.
El primer día es la Confrontación: Betel,y una Segunda Oportunidad: Peniel. Así como Jacob reconoció que había perdido lo que había encontrado en Betel por gracia, ahora en esta segunda oportunidad. Peniel: la Bendición la habrá de obtener por luchar, (manipulación clarísima). El segundo día es Muerte y Sepultura; “Hoy es el día más importante de tu vida”, te dicen. Anoto en mi cuaderno: ‘Al fin, el encuentrista se adapta, se somete, porque vino para recibir más de Dios. Pero sucede como cuando uno va al restaurante y es mal servido por el mozo. Para no arruinar el momento de la comida y pasarla mal uno se resigna a los malos tratos. “Falsas liberaciones”. “Ahora vas a vomitar tu pecado..Abre tus piernas” Decenas de servilletas o pañuelos de papel son distribuidos. Algunos comienzan a vomitar, y los asistentes pasan asiento por asiento limpiando el suelo ¿Cómo pudo suceder esto? La presión sicológica es muy grande y uno asiste ya predispuesto a todo.Y si no venías predispuesto, conocen ellos los mecanismos que tienen que accionar para tu quiebre. “Regresiones” (lo más peligro del juego con tu mente) “Te vas a sentar en el suelo, en círculo, Tienes que cerrar tus ojos” Una voz de mujer comienza a hablar y luego se escucha la voz de un varón. Te hacen descender año tras año, describiendo las generalidades de tu vida, imaginando los problemas que has tenido, hasta el feto mismo. La voz de la mujer puede representar a tu madre o abuela. La voz masculina puede significar a tu padre o abuelo, (ya fallecidos o no) o a tu pastor, etc. Te invitan a perdonarlos. Tienes que acercarte a esa mujer o a ese hombre, por turnos, uno a uno y decirles que los perdonas como si fueran ellos las personas a quienes tú perdonas (En un ambiente de tanta emotividad y presión, si te dijeran que perdones al diablo mismo, lo harías). “Presión psicológica” (control de tus emociones). Un joven comienza a reírse a carcajadas, se tira al suelo. El disertante, lejos de molestarse, lo celebra. Es una buena propaganda de lo que se está logrando. Otros comienzan a hacerlo también, y se generaliza. ¿Qué hora es? Nadie lo sabe, pero debe ser muy, muy tarde. Ninguno puede hablar, es todo un silencio, lo mismo cuando vas a tu habitación. En los baños ya no hay papel higiénico, todo ha sido usado para secarse las lágrimas. Todos lloramos. Sí, yo también!!. Es que te presionan tanto, te dicen tantas cosas, te sientes tanto una basura y recuerdas tanto situaciones tristes de tu vida. Porque hay un elemento a favor de los disertantes, saben que todos somos pecadores y aprovechan esa circunstancia. Te usan, ésa es la expresión más exacta. Pero ¿no hacen lo mismo muchos Pastores en sus cultos? (Es probable, pero no así.) Los pañuelos que has traído contigo están todos mojados, así que recibes con agradecimiento los pañuelos de papel que distribuyen los cuales son reemplazados continuamente. Todos lloran en el recinto, en los baños, en el lugar de la frugal cena, en el sendero que te lleva a tu habitación, en las habitaciones, en cada cama.La música no para nunca,exacerba el clima y tus ganas de llorar. Pero yo burlé a la vigilancia; desconfiado previamente escondí un reloj en la mochila que dejé en mi habitación. No mentí, jeje, en el salón no lo tenía. Disimuladamente miro la hora, dos y media de la madrugada. A las siete de la mañana estaremos nuevamente en pie. (esa era la idea, dormir poco). Todos desayunamos en silencio, mucha gente pero nadie conversa, nadie emite una sola palabra.Y la música se escucha en tu habitación, en el salón de reuniones, en los baños, en el comedor, en los senderos :“Tus Ojos revelan que yo, nada puedo esconder (Sé que es Tu fidelidad)” .La canción se repite una y otra vez,sin fin , (¡valla que ese coro si conmueve!) “Las hojas clínicas”. Otra vez ocurren las mismas cosas en el salón de reuniones. Hay gente que ríe descontroladamente, que se tira al piso. Otros lloran todo el tiempo.Tienes que marcar con una X los pecados que has cometido en tu vida, perdonados o no antes o después de tu conversión (esto ofende la Sangre de Cristo). Bueno, tu conversión, tu bautismo y membrecía, y aun tus cargos no sirven para nada aquí. Porque te están predicando nuevamente, ya me convencí con horror que el mensaje que escuchamos no es para los ocasionales inconversos aquí presentes, es para los creyentes especialmente (para que apostaten) Porque solamente la presentación que ellos hacen del Evangelio es lo que tiene valor, lo que te han predicado en tu iglesia no sirve en absoluto (¡Horrible!) También tienes que marcar con una X los pecados de tu madre, tu padre, tus abuelos, abuelas, bisabuelos, tatarabuelos y los ascendientes que recuerdes. No debes olvidarte de ninguno. Todo pecado no confesado no será perdonado .Debes levantar en alto las listas de pecados y renunciar a ellos(y la Biblia?) “Cruz del G12 con sus hojas clínicas” Un ataúd para cada encuentrista. Por en medio de la nave central del salón aparece un féretro transportado por cuatro personas. Instintivamente uno mira dentro del féretro para ver si hay un cadáver allí dentro. Porque a esta altura de la reunión ¿o de la sesión? ¡uno puede esperar cualquier cosa ya!. Nos inclinamos para mirar, pero nos indican que el cadáver somos cada uno de nosotros, el “viejo hombre”. Dentro del féretro tiramos las listas de los pecados y acompañamos a la comitiva fúnebre “al cementerio”. En “el cementerio” nos encontramos con una inmensa fogata. El féretro con los papeles dentro, que contienen las listas de pecados de todos los asistentes y de todos sus familiares es tirado a la fogata. Una persona tira su chaqueta, otra tira un pulóver, algo personal. El fuego se eleva aún más.“El que no salta es un viejo, el que no salta es un viejo” Y todos saltan, saltamos. “Se murió, el viejo se murió, ¡el viejo se murió!..¡El viejo se murioooó!. Se murióooo!!…”. Todos cantan enloquecidos, la presión a que hemos sido sometidos se desinfló. La gente está feliz, cantan, saltan, gritan, aullan. Confrontación, Betel, Peniel, Muerte, (hoy sábado 21 de septiembre es Día de la Primavera) y acá, mañana domingo, Resurrección. Regresamos al salón. Dividen a la multitud en dos bandos, los que tienen el Bautismo del Espíritu Santo con la evidencia del hablar en lenguas y los que no en ambos extremos del salón, con las sillas apiladas aparte. Los que no han recibido el Bautismo mencionado tienen que cerrar sus ojos. Yo los cierro y entrelazo mis manos hacia adelante. Me corrigen los brazos a ambos costados, libres. Mi única manifestación fue llorar y reírme un poco. Pero todo lo demás lo rechacé. Con tanta presión sicológica creí tener una visión, un montón de basura increíble y una persona vestida de blanco que se aparece, que me pareció era el Señor. Pero no permitiré que me quiebren. Conozco las técnicas de lavado de cerebro y quiebre mental. Leí mucho acerca de los cristianos perseguidos en los países en donde funciona la iglesia subterránea. Con los ojos cerrados percibo como si una manada de cientos de búfalos arremetiera contra nosotros. También me parece que son demonios, porque se abalanzan contra nosotros gritando enloquecidos, furiosos. Uno me grita en un oído, otra persona me grita en el otro oído. Un tercero grita frente a mi rostro: “¡Recibe! ¡Recibe! ¡Recibe!”. Me golpean en el pecho, me empujan haciendo presión en mi frente, para que caiga hacia atrás, Insisten, pero nada. Vienen refuerzos y uno a uno caen al suelo menos yo. Estoy contento. Vencí a todos los demonios, no pudieron conmigo ¡Gloria a Dios! Por primera y única vez hacen pasar a los pastores adelante. No podía creer que hubieran hecho esta distinción, muchos sabrán ahora, que soy pastor de una congregación. Nos alineamos delante y el principal con su esposa (que también hablaron y representaron a los familiares en los círculos en el suelo) comienzan a ministrarnos, mientras la música es puesta a todo volumen y los asistentes gritan. Tal es la confusión, el ruido, la música y el griterío, que no me doy cuenta cuando me ponen aceite en mi frente. Apenas escucho la oración que me están elevando .Como estoy con los ojos cerrados siento que mis piernas se aflojan, me baja la presión sanguínea. Clamo al Señor :“No permitas que esta gente me venza..Tú sabes que todo esto es presión sicológica humana, si caigo al suelo creerán que han tenido la victoria” Pero no caigo al suelo .Nadie, ni siquiera el principal pudo vencerme. Me siento victorioso, fortalecido. Sin embargo, no soy tan necio para creer que fue mi fortaleza. Fue el Señor que me dio la victoria. Ahora estoy mejor preparado para cuando en un futuro tenga que ser sometido a una presión semejante si llego a ser un cristiano perseguido como en otros países. Luego de esto, la alegría reina en el lugar. Todos (menos yo) comienzan a bailar, a danzar, reír, a gritar. Nuevamente la música es puesta a todo volumen. Te dicen que para recibir la Unción debes tocar, abrazar al principal, ya que la Unción se transmite de persona a persona ( ¿y la Biblia?..) “Compulsivamente agarrando la cruz del “Encuentro”. (Una forma de idolatría patente en los Cursillos de Cristiandad del Opus Dei”) Todos se desesperan por tocarla como los católicos hacen cuando quieren tocar y besar una imagen. Lo abrazan, lo tiran al suelo. La idolatría que veo es repulsiva. Jamás haré cosa semejante. Recuerdo cuando a Bernabé y a Pablo en Listra los llamaban dioses y trajeron guirnaldas y querían ofrecerles sacrificios. Pero ellos rasgaron sus ropas y dando voces les dijeron: “Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros” No, ellos no aceptaron la gloria que sólo le pertenece al Señor. Ahora reina la alegría; todos están contentos. Hoy es día de Resurrección. El principal llena una vasija con vino tinto. Y comienza a tirar el vino por todo el salón, manchando las ropas de los asistentes (menos a mí, que me he alejado). “¡Reciban la Unción, reciban el Gozo!” (¿y la Biblia?) Increíble, te entregan un Certificado de Nacimiento: “En la Ciudad de… a los… días del mes de… del año… CERTIFICO el nacimiento de… Y para que así conste…firmo el presente” Tú mismo debes firmarlo. Debes hacerte responsable. Pero, ¿acaso no he nacido de nuevo cuando entregué mi vida al Señor Jesucristo a la edad de trece años? Si ahora certifico mi nacimiento (¿quién soy yo, para certificarlo? es el Espíritu Santo el que da testimonio, Romanos 8.16) ¿entonces debería ser también bautizado?. Te reparten otro documento: “PACTO – Responsabilidad sin límites – Una entrega total”..“Yo… me comprometo a firmar bajo un pacto: – A ser parte de un equipo y trabajar en unidad, desechando todo individualismo.- Tendré en cuenta al equipo, ante cualquier decisión. – No buscaré el beneficio propio, sino el del equipo”. -Siguen otros compromisos, de consagración, perdón,y finaliza el documento: “Bajo esta declaración, y en forma voluntaria y responsable…firmo delante de Dios y de la iglesia mi compromiso”. Te entregan una carta de parte del principal que, entre otras cosas dice: “Sé que este tiempo fue un tiempo para parar de muchas rutinas diarias, para participar de este ENCUENTRO, lo cual lo podemos describir con estas palabras: que es TREMENDO. Esto sólo es el comienzo de algo TREMENDO y maravilloso. Y vemos detrás a multitudes llegando a los pies de CRISTO a través de tu vida y ministerio”. Finaliza el pacto de silencio, ahora podemos hablar, conversar. Y recibimos una sorpresa: la correspondencia de nuestra familia y de nuestra congregación y amistades, preparada de antemano para sellar el trabajo emocional. Se viene el regreso al salón de la iglesia anfitriona, la que recibió el dinero de cada uno de los participantes que descontando los costos les deja una ganancia del 60 % de lo abonado ¡Si! . Del 60% de lo abonado… En el trayecto de regreso, se entona: “Un minuto de silencio para el diablo que está muerto”.(Aunque la Biblia dice que el diablo está como león rugiente buscando a quien devorar. (1º Pedro 5.8). Allí nos esperan nuestros familiares, a puertas cerradas. Porque en un momento dado, las compuertas de la capilla se abren y entramos nosotros los ‘hombres de valor” las “mujeres guerreras”, los nuevos hombres, las nuevas mujeres, los santos, los llenos del Espíritu, los vencedores, los nuevos líderes, los espirituales. Porque así como te humillaron en el “Encuentro”.. después también te exaltaron hasta lo sumo, para que en el nombre de (¿?)..¡Por Dios!
Y comienza el baile, todos bailan, danzan, hacen el trencito. Luego de todo esto, vendrá el Post-Encuentro. Pero nunca más me verán allí. Ya sé lo que tenía que saber!!…Y es lo que te cuento aquí..¡¡¡Cuidado!!..Dios no está en los “Encuentros”!! Dios les bendiga.
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