miércoles, 19 de septiembre de 2012

¿ESTARA DIOS SORDO?


Mario E. Fumero
Todos los cristianos, estamos de acuerdo que el centro del culto es Jesucristo, y que su elemento principal es la proclamación de la Palabra de Dios, para  conocerla, entenderla, vivirla y compartirla. Sin embargo, en la realidad, contemplamos cómo ese culto que debiera ser bíblico y Cristo céntrico, se ha convertido en una reunión musical, emocional y de expresiones incoherentes, que rompe con el sentido litúrgico de las enseñanzas del Nuevo Testamento.
La pregunta que hago en este artículo es ¿Estará Dios sordo? El motivo de escribirlo descansa en lo ocurrido recientemente, cuando en las instalaciones del Proyecto Victoria se le alquiló el área de campamento a un grupo de unas 30 personas, y les prestamos un salón para su culto. Durante el mismo escuchábamos gritos que parecían como que estaban matando a alguien. Después, apareció una música con danzas y una gran algarabía, lo cual duró dos horas. Durante este tiempo no escuché que hubiera predicación. Yo pensé: ¿Qué pensarán  las visitas que en ese momento llegaban al área central a ver a sus hijos internos? Posiblemente pensarían que había un grupo de locos alborotados, o una algarabía mundana. Cierta vez un inconverso me preguntó ¿Porque los cristianos le gritan a Dios, es que está sordo, o es que cuanto más le gritan, más les escucha?
La adoración a Dios debe hacerse como dice la Palabra, con entendimiento (1 Cor 14:15), y el culto debe ser “racional” (Rom 12:1). El término “racional” significa coherente, inteligente y consciente. Se lo que hago, porque lo hago, y donde lo hago. El hecho de que se use gritos, danzas y algarabía en muchos cultos se deben a técnicas manipuladoras que fueron traídas o copiadas del mundo. Quiero aclarar que no es lo mismo ser tomado por el Espíritu y danzar,  alabando a  Dios con voz fuerte al sentir el toque del todopoderoso, que moverse al son de un ritmo y dar gritos porque así lo ordena el que dirige. Muchas de las conductas incoherentes que tenemos hoy día en las Iglesias son el producto de las influencias de la manipulación existente, y la falta de conocimiento bíblico.
Respecto al uso del Antiguo Testamento para justificar tal proceder (porque en el Nuevo no hay fundamento), debo aclarar que en algunos momentos se usó el grito como estrategia de lucha o expresión de gozo espontaneo en momentos determinados (Núm 14:1, Esdras 3:12). Tenemos el caso de los muros de Jericó el cual evitaba que el pueblo de Israel entrara, porque estaba la ciudad bien fortificada, entonces Dios  ordenó dar siete vueltas y en el último día, debían tocar trompeta y dar gritos fuertes. Fue ahí cuando los habitantes de Jericó se espantaron, y en medio de la confusión, hubo un temblor, y los muros se cayeron (Josué 6:20). Este hecho es literal, tiene que ver con una estrategia militar y además, había una ordenanza divina para tal proceder. Sacar el texto del contexto para fabricar el pretexto de un grito de guerra, no cabe en la situación actual. Es bueno entender que en el ejército a los soldados se les enseña a gritar como técnica psicológica de motivación y combate. El cristiano lleno del Espíritu Santo posee no solo una motivación permanente, sino también la presencia de una persona (El Espíritu Santo) que le ayuda en sus debilidades (Rom 8:26), capacitándolo para actuar según la necesidad.
Respecto a los cultos con gritos, danzas, alboroto y manipulado por una persona, quiero afirmar rotundamente que no es un accionar apoyado por ningún texto del Nuevo Testamento. El centro del culto en la iglesia primitiva era la Palabra de Dios y los testimonios de los hermanos. En 1ª. Corintios capítulo 14  se exponen normas para el culto en relación a lo que llamaremos “manifestaciones del Espíritu”, las cuales deben ser reguladas por el entendimiento, ya que ciertas acciones descontroladas pueden escandalizar a los incrédulos (ver 23). Este capítulo define los elementos presentes en un culto. En el verso 26, y pese a que no se habla de danza, gritos y alboroto, se dice que todo lo que se haga dentro del culto debe hacer para edificación. Más adelante declara que Dios es un Dios de orden, no de desorden. Incluso expone claramente que la ministración por parte de profetas debe ser juzgada, y que éstos deben sujetase a las normas determinadas en la iglesia para mantener la ecuanimidad.
A Dios hay que adorarle con reverencia, respeto, entendimiento y según el sentir que haya del Espíritu. El centro del culto cristiano es idéntico al que en su tiempo tuvo el culto de la sinagoga judía en los tiempos de Pablo, el cual era estudiar y discutir las Sagradas Escrituras. En la Biblia se expone como prioridad la enseñanza sobre toda otra ministración, después aparecen las palabras de testimonio de los hermanos en el culto. ¿Se imagina un culto apostólico con gritos, danzas y algarabía?
Es necesario saber diferenciar entre lo emocional (de la carne) y lo fundamental que produce convicción (espíritu). Aunque estamos en la carne, debemos vivir para el espíritu (Estudiar Romanos 8). No niego que todas las experiencias espirituales nos llevan a expresiones emocionales, pero estas deben ser controladas, y sujetas a la razón y convicción conforme a las Escrituras. No se es más espiritual por gritar o saltar. Aunque es cierto que las emociones producen reacciones físicas, por más emocionado que uno esté, poseemos la capacidad de ejercer el dominio propio, y saber comportarnos en cada momento según las circunstancias. Hay que tomar en cuenta que todas las personas no son iguales, o sea, los temperamentos difieren. Por ejemplo: dos hermanos tiene un experiencia con Dios en un culto poderoso, uno llora y cae de rodillas, el otro salta y grita de emoción ¿Por qué esta diferencia de reacción frente a una misma experiencia? Porque uno era de temperamento melancólico, y llora, el otro es temperamento colérico o sanguíneo y se alborota. Somos vulnerables a ser manipulados emocionalmente, esta es la mejor técnica del diablo para someternos a sus designios.
Alimentar sólo las emociones nos lleva a una vida cristiana superficial, porque lo emocional es pasajero ¿Y después qué? La vida cristiana no solamente se nutre de emociones, también hay pruebas y dificultades, y es ahí en donde se forma y forja el temple del seguidor de Cristo. Si la vida cristiana se fundamentara solo en emociones: ¿Qué quedaría cuando estas se acaben? Tristemente, muchas iglesias apelan a lo emocional para atraer y engordar sus congregaciones. Esta forma de culto produce cristianos de baja calidad, sin compromiso, y sin una verdadera experiencia con Dios. Por lo tanto, hoy danzan y saltan en la Iglesia, para después volver al mundo y vivir como siempre han sido, presas de sus deseos carnales. Dios nos ilumine. Por cierto, esta iluminación que pido es producto de la exposición de la palabra, David dijo:”La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.” (Salmo 118:130).

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