II. El Terror del Anticristo
Estos
versículos nos llevan al segundo tema principal en las profecías de los
tiempos del fin de Daniel – el Anticristo y su gobierno demoniaco.
Daniel podría ser llamado el profeta del Anticristo debido a que nos
proporciona más información acerca de este tirano que cualquier otro
profeta, incluyendo a Juan en el libro de Revelación.
Tome como
ejemplo a Daniel 7, versos 8, 25 y 26. El profeta describe al Anticristo
como un hombre soberbio y jactancioso, como un blasfemo, como un
perseguidor de los judíos y como alguien que cambiará la ley y los
tiempos. (El cambiará, por supuesto, la ley de Occidente porque está
basada en la Biblia y el cambiará el calendario porque está relacionado
con el nacimiento de Jesús).
Se nos dice
además que él perseguirá a los judíos por tres años y medio y entonces,
repentinamente, él y su imperio serán destruidos.
Tipos Simbólicos del Anticristo
Observaciones
adicionales acerca del carácter del Anticristo y sus métodos pueden
encontrarse en el capítulo 8, donde Daniel comienza a enfocarse en él
presentando una serie de tipos simbólicos del Anticristo.
Estos símbolos
fueron presentados a Daniel en una visión que le fue dada tres años
después de su sueño de la serie de bestias, registrado en el capítulo 7.
Una vez más, Daniel vio una sucesión de animales.
El primero fue
un carnero con dos cuernos, uno más largo que el otro (versos 3-4). El
ángel Gabriel revela a Daniel que este carnero representa el Imperio
Medo-Persa (verso 20). El “cuerno más largo” representaría de esta forma
al hombre que llegó a dominar este reino – es decir, Darío el Grande.
Las dos cualidades que Daniel enfatiza acerca de este hombre son su
fuerte voluntad y su ego, manifestadas en su obrar como a él le placía y
engrandeciéndose a sí mismo en el proceso (verso 4).
A continuación
Daniel mira un macho cabrío con “un cuerno notable” entre sus ojos.
Este macho cabrío se mueve rápidamente y ataca al carnero, destruyéndolo
inmediatamente (versos 5-7). Una vez más, Gabriel le explica a Daniel
que el macho cabrío representa al Imperio Griego, el cual derrocará al
Imperio Medo-Persa (verso 21). El “cuerno notable” era, por supuesto,
simbólico de Alejandro Magno.
La descripción
de Daniel del Imperio Griego pone el énfasis en el poder de su ejército
y la rapidez de sus victorias. Esto corresponde al hecho de que se nos
dice en Revelación que el Anticristo conquistará el mundo entero en tres
años y medio. Otra cosa enfatizada por Daniel es el ego del cuerno
notable. Se nos dice que él “se engrandeció sobremanera” (verso 8).
Daniel
concluye su descripción del macho cabrío al decirnos que su cuerno
notable será quebrado y reemplazado por otros cuatro cuernos (verso 8).
Esta profecía se cumplió en la historia cuando Alejandro Magno murió
repentinamente a la edad de 33 años y su Imperio fue dividido en cuatro
reinos dirigidos por cuatro de sus generales.
El verso 9 del
capítulo 8 nos lleva al tercero de los tipos simbólicos del Anticristo.
Volviendo a la terminología del capítulo 7, Daniel llama a este
individuo “el cuerno pequeño”. El dice que él surgirá de una las cuatro
divisiones del reino de Alejandro y que se moverá hacia “la Tierra
Gloriosa”, la cual es Israel.
Esta persona
resultó ser un tirano griego que surgió para dominar el área seléucida
del imperio de Alejandro, un área que incluyó a Siria e Israel. Su
nombre era Antíoco. Fue un demente que se consideraba a sí mismo divino.
Se dio a sí mismo el título, “Antíoco Epífanes”, que significaba
“Antíoco el Dios Manifestado”. ¡Los judíos le apodaron “Antíoco
Epímanes”, significando “Antíoco el Desquiciado”! Era un título bien
merecido.
El Tipo Quintaesencial del Anticristo
Veamos primero
la profecía y luego el registro histórico. En Daniel 8:9-12 se nos dice
que el “cuerno pequeño” pisoteará a los judíos, blasfemará contra Dios,
violará el Templo judío y detendrá los sacrificios. Daniel aun nos dice
cuánto durará la profanación del Templo: “Por 2,300 tardes y mañanas;
luego el santuario será purificado” (verso 14). Muy probablemente esto
significaba que el sistema sacrificial sería suspendido por un total de
1,150 días dado que había dos sacrificios diarios, uno en la mañana y el
otro en la noche (Ex. 29:38-43).
Antíoco Epífanes
El historiador
judío, Josefo, nos ha proporcionado un registro histórico detallado del
cumplimiento de estas profecías en el brutal reinado de Antíoco. Los
detalles también pueden encontrarse en los libros no canónicos de 1 y 2
de Macabeos.
De acuerdo con
estas fuentes, mientras Antíoco estaba involucrado en dirigir una
invasión de Egipto, un rumor de que había sido asesinado recorrió
Jerusalén. Esta noticia provocó que un antiguo sumo sacerdote llamado
Jasón se rebelara. Jasón había sido depuesto por Antíoco y ahora vio una
oportunidad para recuperar su posición. Así que, atacó Jerusalén con un
ejército de 1,000 hombres. La rápida y brutal respuesta de Antíoco está
registrada en 2 Macabeos 5:11-16:
"Cuando esos
sucesos llegaron a noticia del rey (Antíoco), pensó que toda Judea se
había sublevado. Se puso furioso y, saliendo de Egipto, vino a tomar
Jerusalén por las armas. Mandó a sus soldados que matasen sin compasión a
cuantos encontraran y degollaran también a todos los que se refugiaran
en sus casas. Perecieron jóvenes y viejos; fueron asesinados hombres,
mujeres y niños y pasaron por la espada tanto a niños de pecho como a
muchachos. En sólo tres días hubo ochenta mil víctimas; cuarenta mil
perecieron en la matanza y otros tantos fueron vendidos como esclavos.
No contento con esto, Antíoco se atrevió a entrar en el Templo más santo
de toda la tierra… Con sus manos manchadas tomó los vasos sagrados y
arrebató con sus manos profanas los objetos que otros reyes habían
regalado para gloria y honor del Templo".
Las
atrocidades de este loco están descritas aun en mayor detalle en 1
Macabeos 1:23-67. Ahí se nos dice que él despojó el Templo de todo –
toda su plata, oro y vasijas preciosas – “dejando el lugar en ruinas”.
Dos años más
tarde atacó nuevamente a Jerusalén. Saqueó la ciudad, le prendió fuego,
derribó sus casas y tomó cautivos a las mujeres y niños. Luego emitió
una proclamación ordenando la cesación de todas las costumbres judías.
Prohibió los sacrificios y las fiestas y la observancia del Sabbath.
Ordenó que todos los recién nacidos se dejaran sin circuncidar. E hizo
un delito capital poseer una copia de la Torá.
Luego, una vez
más, procedió a profanar el Templo. “Erigió la abominación desoladora”
sobre el altar. Esto era una estatua del dios griego, Zeus.
El pasaje en 1
Macabeos da la fecha exacta en la que Antíoco profanó el Templo al
erigir la estatua de Zeus: “En el año ciento cuarenta y cinco, el día
quince del mes de Kislev” (1 Mac. 1:54). Esto equivale al 8 de diciembre
del año 168 a.C. Más adelante, se nos dice en Macabeos que el Templo
fue purificado y el altar restaurado por Judas Macabeo el 25 de Kislev
en el año 165 a.C., representando un periodo de 1,150 días, exactamente
como fue profetizado en Daniel 8:14 (1 Macabeos 4:52).
Daniel Busca Entendimiento
Hasta este
punto en el capítulo 8, a Daniel se le ha dado una visión de tres reyes –
Darío, Alejandro Magno y Antíoco Epífanes. Todos éstos son tipos
simbólicos del Anticristo, pero Daniel no entiende esto.
Alejandro Magno
Así que Daniel
le pide al Señor una explicación de la visión (verso 15). En respuesta,
el Señor envía al ángel Gabriel quien le dice que la visión “es para el
tiempo del fin” (verso 17).
El enfatiza
esto nuevamente en el verso 19 donde le dice a Daniel que la visión se
relaciona a “el periodo final de la indignación” (la Gran Tribulación) y
que “es para el tiempo del fin”.
Estas palabras
explicativas aclaran que Antíoco y los otros reyes sólo fueron tipos
simbólicos del Anticristo. El verdadero Anticristo no vendrá hasta los
tiempos del fin.
El Verdadero Anticristo
Esto nos lleva
a la revelación de Daniel del verdadero Anticristo, quien combinará las
características de Darío, Alejandro y Antíoco. Una descripción
aterradora de él es presentada en Daniel 8:23-26, tan aterradora, de
hecho, que Daniel estaba “asombrado” y “agotado” y cayó enfermo por
varios días (verso 27). El es descrito siendo:
1. Insolente (verso 23)
2. Hábil en intrigas (verso 23)
3. Sobrenatural en poder (verso 24)
4. Destructivo (verso 24)
5. Arbitrario (verso 24)
6. Astuto (verso 24)
7. Mentiroso (verso 25)
8. Egocéntrico (verso 25)
9. Blasfemo (verso 25)
La única buena
noticia en este pasaje es la garantía que se le da a Daniel que el
Anticristo será finalmente destruido sobrenaturalmente por Dios (verso
25)
Información Adicional Acerca del Anticristo
La siguiente
referencia al Anticristo se encuentra en el capítulo 9, en la profecía
de Daniel de las 70 semanas de años (9:24-27). A Daniel se le dice que
un decreto será emitido para reconstruir Jerusalén y que 69 semanas de
años después (483 años) el Mesías sería “cortado” y Jerusalén será
destruida otra vez.
En el verso 26
se nos da una pista en cuanto a la identidad del Anticristo. Se nos
dice que el Anticristo provendrá de las personas que destruirán el
Templo después de la muerte del Mesías. Estas personas fueron, por
supuesto, los romanos. Por lo tanto, el Anticristo será de ascendencia
romana.
Luego, en el
verso 27, se le revela a Daniel que la última semana de años para los
judíos – los 7 años de la Tribulación – empezará con la firma de un
pacto entre los judíos y el Anticristo, muy probablemente un pacto
garantizando la paz de Israel y permitiéndoles reconstruir su Templo.
Pero también
se revela que 3 ½ años después de iniciada ese último periodo de tiempo
de 7 años, el Anticristo traicionará a los judíos. Como Antíoco, el
Anticristo profanará el Templo, detendrá los sacrificios y desolará la
ciudad.
Sin embargo,
una vez más se nos asegura que el mismo Anticristo será destruido en el
proceso. A Daniel se le dice que destrucción será “derramada sobre el
desolador” (verso 27).
El Destino del Anticristo
La destrucción
definitiva del Anticristo se afirma una vez más en el pasaje final de
Daniel acerca de él. Se encuentra en Daniel 11. Una vez más, Daniel
presenta una serie de reyes despiadados que son tipos simbólicos del
Anticristo. Curiosamente, los tres más importantes tienen nombres que
empiezan con la letra A:
1. El cuarto rey de Persia después de Darío: Asuero (verso 2)
2. Alejandro Magno (verso 3)
3. Antíoco III, el Grande (verso 11)
4. Antíoco Epífanes (verso 21)
Una vez más,
Antíoco Epífanes es presentado como el clásico tipo del Anticristo
(verso 21-35). El es caracterizado como despreciable, engañador, un
hombre de intriga y una persona cuyo corazón está puesto contra Dios.
También es presentado como un guerrero que conquistará y saqueará y que
finalmente profanará el Templo judío al detener los sacrificios y erigir
una “abominación desoladora”.
En el verso 36 ocurre una transición repentina, mientras Antíoco Epífanes se transforma en el Anticristo del tiempo del fin:
Luego [en el
“tiempo del fin” (verso 35)] El rey hará su voluntad, y se
ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de
los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la
ira [la Tribulación]…
Además de ser
un egocentrista obstinado y blasfemo, como este pasaje declara, los
versos que siguen indican que él también será un militarista y una
persona obsesionada con el dinero. Empezando en el verso 40, se nos da
una visión general de la campaña militar del Anticristo del tiempo del
fin que tendrá lugar en el Medio Oriente, posiblemente en respuesta a
una rebelión de las naciones de esa área (versos 40-45).
Se nos dice
que el Anticristo invadirá la “Tierra Gloriosa” (Israel) y que será
atacado por el “rey del Sur” y el “rey del Norte” (muy probablemente
Egipto y Siria). El conquistará todas las naciones del Medio Oriente,
excepto Jordania, a la cual le será impedido entrar (muy probablemente
debido a que el remanente judío se estará escondiendo ahí).
El se dirigirá
a Egipto con el fin de saquear sus riquezas. Pero “rumores del Oriente y
del Norte” lo perturbarán (posiblemente ejércitos de Rusia y el Lejano
Oriente que se están rebelando contra él). Se retirará al área “entre
los mares” (el Valle de Armagedón) para esperar el arribo de estos
ejércitos. Es en este valle que él “llegará a su fin” (Dn. 11:45, Jl.
3:9-17 y Ap. 19:14-21).
Esta sección
completa de las Escrituras podría ser llamada la “Campaña del Armagedón”
porque conduce al Anticristo a ese valle, donde él y sus ejércitos
sufrirán la derrota total en un instante cuando el Mesías Jesús regrese y
hable una palabra sobrenatural de destrucción (Zac. 14:12 y 2 Tes.
2:8).
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