“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu
Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus
caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y
con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus
estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella” (Deuteronomio 10: 12-14)
Hace poco recibí vía email una promoción de una de tantas empresas
cristianas (a las que se les llama “ministerios”), que decía así:“Como conquistar tus sueños. Dante Gebel explica en video como cualquier ser humano, hijo de Dios, puede conquistar un sueño. Si tienes un sueño y aun este no se ha hecho realidad no puedes dejar pasar la oportunidad de aprender a desarrollarlo. En este video aprende los pasos para conquistarlo” (1) (énfasis nuestro)
Según esa oferta publicitaria, el muy conocido “showman evangélico” Dante Gebel nos va a enseñar a “conquistar nuestros sueños”; nos va a explicar “como cualquier ser humano, hijo de Dios, puede conquistar un sueño” (2), dando a entender el mensaje publicitario, por tanto, que todo ser humano es hijo de Dios (¿¡), y que existe una técnica espiritual para hacer que ese sueño (llámesele imaginación, fantasía o deseo) se pueda “aprender a desarrollarlo…y conquistarlo”. En otras palabras, que esa fantasía deseada a la postre, podrá convertirse en una realidad para su vida.
Una espuria enseñanza que pretende ser cristianismo.
El famoso cantante Marcos Witt, en su reciente visita a Madrid (España), invitado por el joven Fran Quesada, promotor principal de la Concentración Masiva de Jóvenes 2008 (CMJ´08), “coincidió con Quesada en que "los cristianos debemos cambiar nuestro lenguaje cuando nos referimos a España, porque cambiando nuestro lenguaje cambiaremos nuestra visión y podremos cambiar la realidad" (3)
Bajo la sombra y espíritu de Claudia de Castellanos está César Castellanos, quien de acuerdo con cientos más, exclama que “los sueños son el lenguaje del Espíritu” (4). De igual manera en cuanto a esto, Marcos Witt nos asegura que si decimos o confesamos lo que deseamos (o soñamos), esto llegará a producirse en la realidad; es decir – como dice Witt - por nuestra confesión positiva, cambiaremos nuestra visión (o entendimiento de la realidad que deseamos), y la podremos implementar en lo natural.
En otras palabras, según esto, nosotros somos pequeños dioses, que si nos ponemos de acuerdo en algo (como por ejemplo en cambiar nuestra nación), lo conseguiremos. De hecho, esto no se aparta del concepto religioso/mitológico griego, en cuanto a que las cosas ocurrían en la tierra cuando los múltiples dioses del Olimpo por fin se ponían de acuerdo en algo… Parece ser que ahora somos nosotros, los cristianos, los nuevos dioses.
Marcos Witt, César Castellanos, Dante Gebel, Cash Luna y varios cientos más han llegado a creer (o así dicen creer) que al “confesar positivamente” y todos juntos, esto hará que una nación se convierta a Cristo. Lejos de tener apoyo bíblico, veremos que esta forma de pensar tiene su base en la ocultista Nueva Era.
Razonemos. Por reconocer y declarar que en la actualidad mi querida nación, España, está poblada en su mayoría por gentes que no han nacido de nuevo, eso es llanamente decir la verdad. Tanto es verdad esto, como decir que hay personas que sí han nacido de nuevo, aunque en cuantía diametralmente inferior.
Se adentra en lo supersticioso llegar a creer que por decir la verdad en términos de la realidad actual, esto hará que una nación como España no se convierta a Cristo, o que, contrariamente, por declarar nuestro deseo de que se convierta, o por “decretar” o “confesar” su salvación, ello finalmente ocurrirá. Todo ello es solamente vanidad.
“Primer plano de Marcos Witt en la rueda de prensa del CMJ´08 de Madrid”
La realidad bíblica (que es la que nos importa), es que por mucho
que los cristianos lleguemos a “cambiar nuestro lenguaje” cuando nos
referimos a España o a cualquier otra nación sobre la tierra, y por
mucho que en ese sentido nos pongamos de acuerdo, nada ocurrirá. No es
nuestro lenguaje, nuestra voluntad o nuestro deseo lo que hace que las
cosas realmente cambien en una nación, sino la voluntad de Dios, y la
voluntad de los hombres (en ese orden).Veía a Dante Gebel en un video, apareciendo él frente a un potente foco que le alumbraba directamente a modo de los showmen de Broadway, y conforme se movía por el escenario, decía a modo de monólogo ante su atento público:
“…cuando uno pierde la capacidad de soñar,
uno se vuelve frío, piensa que la Argentina jamás va a cambiar porque
el mismo no puede cambiar…siempre hay que recuperar la capacidad de
soñar, porque… como dice una canción de Julio Iglesias, de tanto vivir
tan rápido se me olvidó vivir los detalles pequeños, y los detalles
pequeños son los que nos permiten volver a soñar…” (5)
Según Dante Gebel, la Argentina, o cualquier otra nación sobre la
tierra, cambiará cuando “uno mismo pueda llegar a cambiar”, volviendo a
soñar como hacía de niño (ese era su contexto). El verdadero cristiano
- según el citado showman – debería volver a soñar y así llegar a ver
su nación cambiada, y que como se deduce de la canción de Julio Iglesias
(tremendo ejemplo el que Gebel nos da aquí, por cierto), si volvemos a
valorar los detalles pequeños de la vida, es que estaremos soñando, y
de ese modo haremos que las cosas cambien, ¡incluso nuestra propia
nación! Es tanto audaz, como patética, la disertación pseudoteológica de estos extraños hombres de púlpito mayor, pero más impresionante todavía es la credulidad e ingenuidad de sus seguidores.
“El shoman Dante Gebel”
“Dante Gebel y Cash Luna “boxeando”
En fin, indignado y harto ya de todos estos mensajes que pretenden ser cristianos, pero que derivan directamente de los think tankers del
Nuevo Orden Mundial, y a su vez del mismo infierno, no he tenido por
menos que ponerme de nuevo a escribir sobre este manido asunto, que
está haciendo mucho daño a muchos cristianos – sobre todo a jóvenes y
adolescentes - que aunque verdaderos hijos de Dios, han recibido por
herencia el más que reprobable regalo de la búsqueda de la felicidad de
esta sociedad hedonista inmersa en el llamado “estado del bienestar”,
consumista y adoradora del placer…y en el medio “cristiano”, además,
envuelto en el papel de la “fe”.El mal entendimiento de lo que es la fe
Hoy en día en tantos círculos presuntamente cristianos, paralelamente al concepto “fe”, se alinea el concepto “sueños”, pretendiendo que tener fe y soñar es lo mismo, y no se puede disociar una cuestión de la otra.
Como podemos ver, se conjuga el soñar, con la fe, como que esa fe fuera generada por la capacidad y obra del soñar. No deja de ser esto filosofía hueca, típica de la corriente de la Nueva Era (New Age), que a su vez proviene de la creencia hindú y pagana, muy apoyada por la psicología moderna que la ha establecido en la cultura occidental e introducido en el seno eclesial, sobre todo de corte neopentecostal.
Al respecto, el reconocido autor apologista Dave Hunt, escribe lo siguiente:
“El creciente uso de imágenes visuales está
estrechamente relacionado con la creencia hindú en “maya” (que todo es
una ilusión creada por la mente), y el respaldo que ha recibido de la
psicología le ha dado respetabilidad en la moderna cultura de
Occidente, y por ello en la Iglesia” (6)
Por tanto, según esa espuria creencia, todo existe y depende de lo
que produce la mente, ya que todo estaría en la mente, y según se
piensa y se confiesa, se produce. Este es el concepto budista de que
cada uno es un pequeño dios, y así puede crear con sólo confesar con la
boca.Lamentablemente esta creencia, más o menos disfrazada, ha entrado como decimos en el seno eclesial. Por tanto y de hecho, Dios como tal, pasa a un segundo plano, ya que según se llega a creer, el cristiano tiene capacidad para crear. ¡A Dios le han surgido pequeños competidores; sus propios hijos! (¡qué necedad!)
Todos esos creyentes que siguen esta corriente espuria, ya no buscan el hacer la voluntad del único Dios, sino la suya, buscando el cumplimiento y “conquista” de sus sueños o deseos. Ya no es la voluntad de Dios lo que prima, sino la suya (de ellos) en definitiva.
Esa es la razón por la cual en el seno del G12 y aledaños, en esas iglesias, pasan el tiempo de oración declarando, decretando y confesando esto y aquello, y creyendo que ocurrirá, porque es lo que su particular fe les insta a hacer. Por eso muchos se toman la libertad de amedrentar y hasta maldecir a los que suponen adversarios de sus creencias; como hace poco supe, que uno de esos famosos apóstoles del G12 en España, le dijo a un miembro de una de sus iglesias - inconforme con él, pero conforme a la Palabra - que mejor que se fuera de la iglesia, porque no aceptaba la “visión”, y que tuviera mucho cuidado “de que nada malo le fuera a ocurrir”… Sin comentarios.
“La mente humana no hace la voluntad de Dios, per se”
¿Fe o fantasía?La enciclopedia nos da una buena definición de lo que es la imaginación (imprescindible para “soñar”):
“La imaginación (del latín imaginatĭo,
-ōnis) es el ejercicio de abstracción de la realidad actual, supuesto
en el cual se da solución a necesidades, deseos o preferencias. Las
soluciones pueden ser más o menos realistas, en función de lo razonable
que sea lo imaginado. Si es perfectamente trazable, entonces recibe el
nombre de inferencia; si no lo es, entonces recibe el nombre de
fantasía” (7)
Como podemos ver, en sí misma, la imaginación no es mala, siempre
que se use con el fin por el cual nos fue concedida por Dios, como
seres pensantes creados por Él. El problema es cuando la confundimos
con la fe; y el problema mayor, ¡es cuando se confunde la fantasía con
la fe!La fe, al ser algo que muchas veces va más allá de lo realista y razonable según lo natural, es mal interpretada, y confundida por muchos con la mera fantasía. Al final, a lo que en realidad sólo es fantasioso, se le coloca el sello de la fe, y sin embargo la fe es enemiga de la fantasía, cuando se hace de ésta, asunto de “fe”.
Hoy en día muchos cristianos sinceros están creyendo cosas que no son de fe, sino de fantasía, pero ni se atreven a planteárselo, por temor a fallarle a Dios.
Volviendo a la imaginación, esta poco tiene que ver con la fe. Y sin embargo, se pretende hacer de la imaginación parte ineludible de la fe, ya que se pretende también que el soñar - el cual parte de la imaginación – es la misma fe en acción, lo cual es absolutamente falso.
“La fe no es fantasía, así como la fantasía no es fe”
Lo divino y lo humanoLa Biblia dice que la fe es la “certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (He.11: 1), y tal certeza y convicción, solamente pueden provenir por orden expresa de Dios, y nada tienen que ver con la voluntad humana, y menos aún con cualquier cuestión de fantasía o imaginación, tanto pueril, adolescente, madura, o senil.
La fe, como “certeza de lo que se espera, y convicción de lo que no se ve”, sólo es dada por el Espíritu Santo, sin el concurso de la carne.
En primera instancia, fe no es lo que anhela o llega particularmente a creer un cristiano, por muy lógico, deseable, lícito, bueno, esperable, esperanzador que sea. Fe es sólo lo que Dios dice.
La fe no es humana; es divina. El soñar (como expresión del deseo de uno), es humano. Cuando en este sentido mezclamos lo divino con lo humano, mezclamos lo divino con lo profano.
Lo profano, porque surge de la misma naturaleza del hombre que es caída, y por tanto, nada que provenga del hombre en sí podrá agradar a Dios: “Sacrificio y ofrenda no te agrada…” (S. 40: 6). La iniciativa sólo humana no puede hacer la voluntad de Dios, por muy bien intencionada que sea. El deseo o sueño solamente humano no puede hacer la voluntad de Dios.
Decimos pues que, el soñar – es decir – el mantener y fomentar en la mente y en las emociones un deseo particular y personal, nada tiene que ver con la fe, la cual, si es auténtica, sólo proviene de Dios, y no del corazón del hombre.
“Claudia R. de
Castellanos, propagadora junto con su marido, César Castellanos de
muchas espurias enseñanzas que pretenden ser cristianas, como la de
“conquistar tus sueños”
Fe y obedienciaLa fe es la expresión de la verdadera voluntad de Dios, muchas veces contraria al deseo del hombre, y un ejemplo incuestionable de ello, lo tenemos en la vida del mismo Señor Jesucristo, cuando en el huerto de Getsemaní, orando al Padre le pidió que le librara de la copa de la ira que él iba a beber (la cruz).
En este ejemplo vemos como la fe – como expresión de la voluntad de Dios- prevaleció ante el muy lógico y humano deseo de Cristo Hombre de ser librado de ese mal. Vemos también que la fe fue activada – no por el deseo, o el soñar – sino por la obediencia. Jesús a la postre dijo: “Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase Tu voluntad” (Mt. 26: 42)
El deseo - muy humano por cierto - de no ir a la cruz por parte de nuestro Señor, evidentemente no era fe. Vemos aquí que la fe se opuso al deseo y al sueño de bienestar de un hombre; en este caso, del único hombre que por ser justo en sí mismo podía dar su vida por los demás (1 Pr. 3: 18)
Vemos por tanto, que el morir a uno mismo, es diametralmente opuesto al sentido humano del “conquistar sueños”, de ser paladines de nuestra propia, y a todas luces egoísta felicidad, aun y cuando lo camuflamos de “conquista para Cristo”.
Por tanto, ¡Cuántas veces nuestros deseos (sueños) deberán morir ante la verdadera fe, como expresión de la voluntad de Dios, si es que queremos realmente vivir en obediencia a Él!
El astuto y perverso diablo
No nos engañemos. Tenemos una muy intensa aunque muy sutil también, lucha con las tinieblas.
Es cierto que el asunto tiene que ver con la conquista, pero no la de los sueños, como enseñan Gebel, Castellanos, Witt y cientos más, sino con la del diablo respecto a nuestros corazones, y él malvado, pero a la vez muy astuto, sabe que “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso…” (Jer. 17: 9). Por eso la misma Biblia nos insta a guardar nuestro corazón por sobre todo (Prov. 4: 23).
Bienaventurado el creyente obediente a Dios
¿Sabe usted querido hermano, cómo lograremos guardar nuestro corazón? Cuando dejemos de ser llevados por nuestro deseo en la vida, por su particular - y muchas veces legítimo soñar - y contrariamente, seamos guiados por el Espíritu Santo y conforme a Su Palabra escrita, buscando desde la misma raíz de nosotros mismos el OBEDECER a Dios SIEMPRE, como hizo Jesús.
Escribe Dave Hunt al respecto:
“Ya no nos es necesario recibir “poder” de Él
para dirigir nuestras propias circunstancias para que se ajusten a lo
que nosotros podamos querer, sino que querremos obedecerle de modo que
Él pueda glorificarse en nosotros, “o por vida o por muerte” (Fil. 1:
20). Una de las verdades de las Escrituras que menos se comprenden es
que una obediencia así del cristiano, no es un seguimiento forzoso de
una ley, sino una sumisión gozosa a un amor tan profundo que no hemos
siquiera comenzado a sondear sus honduras sin fondo” (8)
¡Ríndale su vida a Cristo! Esa es la verdadera vida y la verdadera
conquista, la cual Él consiguió para nosotros en la cruz del Calvario.
Ese es el único, verdadero y eterno pacto que Dios hizo con nosotros,
una vez y para siempre (1 Co. 11: 25)No nos preocupemos, porque los deseos de nuestro corazón (los que sean de Dios), se cumplirán en Su tiempo como cosa añadida, porque Él es bueno y muy misericordioso:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11: 6)
“Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37: 4)
Nótese que es Jehová quien nos concede las peticiones nuestras; no
lo conseguimos nosotros “conquistando los sueños”, “cambiando el
lenguaje” o “decretando”…Ante todo busquemos en verdadera fe el cumplimiento de Su voluntad, como cosa primera en nuestra vida.
¡Que Él sea nuestro primer amor! Recordemos:
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16: 25)
Dios les bendiga.© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Septiembre 2008
www.centrorey.org
Citas:
- Documento en archivo
- Ibidem
- http://www.ptodeencuentro.es/
- César Castellanos D., “Liderazgo de éxito a través de los doce; pág. 76
- Dante Gebel en video. http://video.google.es/videosearch?q=dante+gebel+sue%C3%B1os&hl=es&emb=0&aq=f#
- Dave Hunt; Más allá de la seducción, p. 205
- Enciclopedia Wikipedia
- Dave Hunt; Más allá de la seducción, p. 62
FIN
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