?
“Porque
hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores… a los
cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras,
enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (Tito 1: 10, 11)
Una
de las grandes mentiras que se están esparciendo por parte de falsos
maestros hoy en día, básicamente, consiste en decir que es ahora el
momento en el cual los creyentes deberíamos estar reinando, conquistando
y dominando en este mundo.
Myles Munroe le llama a esto vivir en el reino.
En
términos teológicos, a esta herejía se le llama el “Reino Ahora”, y
también “teología del dominio”, de ahí el término “dominionismo”.
Myles
Munroe, muy conocido conferenciante motivador internacional, en su
conferencia “Redescubriendo el reino”, hace poco impartida ante miles en
la congregación de Guillermo Maldonado en Miami, estando él presente
así como su esposa, estando allí también Cash Luna y su esposa y Ana
Méndez y su esposo, así como otros renombrados presuntos ministros,
expuso su falsa doctrina, la cual analizaremos en este estudio.
Es
preciso tomarnos en serio este trabajo, ya que el grado de engaño está
superando con creces cualquier consideración, y por tanto es menester
atajarlo. Sirva esta refutación para ello.
(Pueden
ver y escuchar enteramente esa conferencia en el link proporcionado al
pie de este artículo. Todas las citas son de esa conferencia)
Comenzando,
Myles Munroe en un tono poco menos que victimista, alude diciendo que
este mensaje sobre el reino, él ya lo daba sin éxito en los setenta,
viniendo a decir que era un incomprendido por parte de su audiencia
cristiana, pero que en los ochenta y mayormente en los noventa se le
empezó a hacer caso. Curiosamente coincide esto con el tiempo del auge
de la apostasía que estamos viviendo, sobre todo a partir de este nuevo
milenio.
Dice
que los creyentes por siglos y siglos no han entendido lo que es el
reino, y que ya es tiempo de “redescubrirlo”. Lamentablemente, ese
“redescubrimiento” del reino que Munroe aporta, nada tiene que ver con
el verdadero reino de Dios.
“Myles Monroe propone un reino que no es el Reino, pero que encaja muy bien con la ambición de los carnales”
1. El reino vs el cristianismo, según Munroe
Sigue
con su disertación haciendo una apología del reino (veremos que de su
entendimiento personalista del mismo), en contra de lo que él llama
religión, la cual pisotea sin misericordia, llegando a decir que el
cristianismo es una religión más, y por tanto es insatisfactorio. El
dice así:
“Esta es la razón por la cual la religión nunca va a satisfacer, incluido el cristianismo”
Acertadamente,
dice que la religión básicamente es el esfuerzo del hombre para llegar a
Dios, pero astutamente, en ese mismo contexto, incluye al cristianismo;
de ahí que dice que el cristianismo es como cualquier otra creencia o
religión.
Según
Myles Munroe, el cristianismo no es lo que vino Jesús a enseñar, sino
que él vino a enseñar acerca del reino. ¡Lo que obvia Munroe, es que el
cristianismo enseña acerca del reino, aunque no como él lo hace!
Además se atreve a decir que los religiosos cristianos (*) se oponen tenazmente al mensaje del reino.
Para
Munroe, el cristianismo convencional o bíblico, es religiosidad, y sus
proponentes son religiosos, comparándolos con los fariseos del tiempo de
Jesús.
2. El mensaje de la Biblia, según Munroe
En cuanto a la Biblia, Myles enseña que el mensaje de la misma se reduce a tres cosas:
1. Un Rey.
2. Un reino.
3. Sus hijos, es decir, su familia real (los creyentes).
Dice
que “la Biblia trata de un rey, y su negocio, el cual es regir o
reinar, y todo trata de un negocio familiar… La Biblia trata de un reino
colonizando la tierra”
Según
Munroe, el mensaje de la Biblia se resume en ejercer dominio en esta
tierra aquí y ahora, por parte de Dios, y por parte de los suyos. Eso es
todo.
No
enseña acerca del mensaje evangélico, cual es, el hombre pecó y se
truncó la relación con su Creador, y que mediante Cristo y su sacrificio
y resurrección, el hombre, creyendo, recibe la salvación y la vida
eterna (Ef. 2: 8, 9).
La
palabra pecado no aparece en los labios de ese falso maestro, ya que
pecado tiene que ver con “religiosidad”, y esta es contraria al concepto
triunfal de “reino”, según él.
El
mensaje de ese hombre, aplaudido por Maldonado, Cash Luna, Ana Méndez, y
muchos más es muy sencillo, así como carnal: dominio terrenal.
“La
Biblia es el libro de Jesús, y Jesús es el autor de nuestra salvación;
salvación eterna, y esto nada tiene que ver con “dominio terrenal”
3.El arrepentimiento, según Munroe
Buscando
el justificar su falta de espiritualidad, la cual llama religiosidad,
Munroe nos habla del tema del arrepentimiento. En esta cuestión, por
tanto, es tan sutil, como engañador. Enseña lo siguiente:
“La
palabra arrepentimiento no significa caminar al frente en un culto
religioso, traer a memoria tu pasado, llorar por ello, y sentirse mal…
la palabra arrepentimiento significa cambio de forma de pensar, cambio
de mentalidad. La palabra arrepentimiento significa cambiar la manera
cómo has sido condicionado a pensar. La primera cosa que Jesús atacó en
su ministerio fue tu mentalidad… tus conceptos e ideas y percepciones
que están mal…”
Para
Munroe (y todos sus correligionarios), pasar al frente confesando los
pecados a Dios, sintiendo dolor por ellos, y apartándose de los mismos,
no es arrepentimiento, sino simplemente un acto religioso; pero la
palabra de Dios dice otra cosa:
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación…” (2 Corintios 7: 10)
Todo
lo que este hombre entiende acerca de arrepentirse, es en cuanto a un
cambio de forma de pensar, no un cambio del corazón (que es lo que la
Biblia enseña).
Arrepentimiento
para Myles Munroe es sólo pensar de manera diferente a como se solía
pensar. Esto nada tiene que ver con valores morales, con cambio de
conducta, con cambio del corazón, sino sólo con cambiar una mentalidad.
No fue esa la enseñanza de Cristo.
Pero
Munroe sabe por qué enseña de ese modo acerca del arrepentimiento, como
un mero cambio de ideas. Para él la prioridad no es el cambio del
corazón y el hacer la paz con Dios mediante Cristo, sino el creer que
debe tomar las riendas de su propia vida y dominar todo lo que tenga a
mano, ya que ese es su concepto del reino. Es un concepto absolutamente
carnal.
“El
arrepentimiento, en gr. metanoia, significa un cambio, no sólo de la
mente natural, sino del corazón en la dirección de Dios por Su Espíritu.
Otra cosa, no es arrepentimiento verdadero”
4. Juan y Jesús
Munroe
apunta e incide hacia la cuestión de la mente y de la mentalidad como
pretexto para enseñar su herejía. Dice lo siguiente, lo cual no es poco:
“Juan
no predicó el bautismo, ese no fue su mensaje… Juan era el primo de
Jesús, era seis meses mayor que él, y Jesús hizo de Juan su pastor, él
se convirtió en un discípulo de Juan , se sometió a la filosofía de su
maestro. Un discípulo se une a los pensamientos de su maestro.
En
el tiempo de Jesús, había muchas escuelas donde enseñaban diferentes
maestros, y esas escuelas se llamaban “escuelas del pensamiento”; así
que Jesús hubiera podido ser parte de los fariseos, de los saduceos, los
herodianos, los filósofos griegos, o los romanos, pero Jesús puso sus
ojos sobre Juan, y le dijo, yo quiero tu filosofía, yo quiero tu
enseñanza, yo creo en lo que tú piensas, ¿Cuál era su mensaje?, léelo:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos está aquí (Mt. 3: 1) … Juan
vino con un mensaje que no era religioso: arrepentíos porque el reino de
los cielos ha regresado a la tierra, y Jesús dijo, ese es mi
pensamiento, yo me voy a someter a eso, me voy a unir a ese maestro,
esto es lo que yo creo, y se sometió a Juan y le dijo bautízame, hazme
uno de tus discípulos, hazme un estudiante tuyo”. (énfasis nuestro)
La lectura de este pasaje es de por sí vomitiva. No obstante, pasemos a analizarla.
Munroe,
a saber de dónde, hace de Jesús poco menos que un inepto, dubitativo
acerca de a quién creer, hasta que se topa con su primo Juan que le
ilumina.
Dice
que al existir la costumbre en esa época de encontrar numerosas
“escuelas de pensamiento”, Jesús decidió finalmente sujetarse a la
“escuela de Juan”. Dice que Jesús, que era meses menor que Juan, hizo de
Juan su pastor y maestro, convirtiéndose en su discípulo… ¿Dónde en la
Biblia encontramos esto? ¿No es más bien lo contrario, cuando leemos de
Juan diciendo que no era ni siquiera digno de desatarle el calzado al
Señor? (Lc. 3: 16)
Pero
todavía va más lejos, cuando asegura que Jesús se sometió a Juan, y por
eso le pidió rogando que le bautizara, reconociendo que ese hombre
enseñaba la verdad, y que él estaba por aquel entonces buscándola (¿?).
De ese modo, él (Jesús) predicó lo mismo que Juan.
¡Qué
terrible blasfemia! La Palabra que dice de Juan que es el más pequeño
en los cielos (Mt. 11: 11), resulta que debe mentir, ya que Munroe dice
que Juan es superior a Jesús. Munroe, no sólo dice cosas que no vienen
en la Biblia, sino que dice cosas que la contradicen, haciéndola
mentirosa.
Jesús no le dijo a Juan que le bautizara como señal de estar bajo él, ni siquiera bajo su enseñanza, sino para darnos ejemplo:
“Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó”(Mt. 3: 15)
Véase que una vez fue bautizado, se apartó de él.
Nada que ver con lo que enseña Munroe.
Como
Myles Munroe, muchos otros sin escrúpulos hacen que la Biblia diga lo
que ellos quieren que diga, con el fin de apoyar sus necedades y
blasfemias. ¿Será que Dios no va a juzgar esto?
Ahora bien, según enseña Munroe, fijémonos en el mensaje de Juan, que luego, según este falso maestro, copió Jesús:
“En
aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
(Mateo 3: 1, 2)
Myles
Munroe dice que ese era un mensaje no religioso, que quería decir lo
siguiente: Cambia tu manera de pensar. Ya no pienses en negativo sino en
positivo. No eres un perdedor, sino un ganador, un campeón, un
conquistador. Piensa y cree que eres un rey, y por tanto tienes dominio.
Ejerce tu dominio hasta donde de lugar en esta tierra. El reino está en
tus manos.
No es más que el mensaje típico de la Nueva Era.
¿Tiene
esto que ver con el mensaje de Cristo de llevar la cruz todos los días,
de perder la vida para hallarla, de morir a uno mismo para que Cristo
viva? (Gl. 2: 20)
Nada
que ver con contrición o dolor por el pecado cometido (concepto
absolutamente ausente de su predicación); nada que ver con buscar el
hacer la voluntad de Dios, nada que ver con buscar el agradar a Dios.
¡Nada que ver con el Evangelio!
Para
este hombre y todos los que están con él, el tener la mentalidad del
reino significa: autosuficiencia, y tener control y dominio sobre todo.
Es el mismo mensaje de Satanás cuando dijo a Eva: “Seréis como Dios”
(Gn. 3: 5)
En este sentido, Munroe cada vez fue más lejos en su disertación. Leyendo Lucas 4: 43, exclamó:
“Jesús
sólo tenía una buena noticia: el reino…Jesús no vio el Calvario, la
Cruz, como su prioridad; el dijo yo vine con el propósito de devolver al
hombre el reino de los cielos. Estas son las buenas nuevas, usted puede
recuperar el reino otra vez” (énfasis nuestro)
Claramente
y sin ambages, Munroe dice lo que dice: la cruz no es lo más
importante, sino el reino “recuperado”. Pero sin la cruz, no hay nada,
sólo el infierno.
Ese
“reino” constituiría el dominio del hombre sobre la tierra, es decir,
el hacer cada uno su propia voluntad en esta vida. Esto último es
claramente así, porque el mismo Munroe cree que el nacer de nuevo no es
importante. Por tanto, una persona que no ha nacido de nuevo y “cree” en
el reino, lo que hará será, no la voluntad de Dios, sino la suya
propia.
“Myles Monroe enseñó en la iglesia de Guillermo Maldonado, ante él y complacido”
5. Myles Munroe quita toda la importancia a nacer de nuevo
Según
Munroe, el reino del que Juan el Bautista primero, y luego Jesús
enseñaron, es lo que todos los hombres, solamente por creerlo en su
mente, tienen el derecho de recibir, no importando el nacer de nuevo, o
no. ¡Sí, sí, han leído bien!...
En
el minuto 51 de su conferencia, osadamente, Myles Munroe dijo
exactamente lo siguiente ante los miles reunidos allí, y por el
beneplácito de los Maldonado y comparsas:
“Jesús
nunca predicó acerca de nacer de nuevo, él sólo mencionó acerca de
nacer de nuevo una vez, y nunca lo predicó a la multitud, porque ese no
fue su mensaje. Sólo mencionó el nacer de nuevo a un hombre viejo, a un
solo hombre a las dos de la mañana, porque nacer de nuevo no era el
evangelio, esas no son las buenas nuevas. Jesús nunca predicó fe, nunca
predicó liberación”(énfasis nuestro)
Mi
pregunta es, ¿Por qué estos – como Myles Munroe - que obviamente no son
cristianos, les predican a miles de presuntos cristianos con el
beneplácito de pastores que se supone son cristianos? Y voy más allá,
por otro lado, ¿Cómo es que ministros que tienen una sana doctrina, no
hacen nada para taparles la boca a esos farsantes del evangelio? (Ti. 1:
11) ¿Cobardía quizás?
Es
realmente triste ver al pastor de esa iglesia, Maldonado, y a sus
correligionarios aplaudir a ese hombre, el cual tuvo todo el tiempo de
parte de Maldonado para seguir en el púlpito con sus aberraciones. Así
es que él estaba de acuerdo con este mensaje.
Si
el nacer de nuevo no es importante, entonces Jesús fue a la cruz de
balde, ya que según este nefando hombre de púlpito, esa no era ninguna
prioridad para Jesús. De ese modo, quizás Jesús hubiera podido ahorrarse
ese sufrimiento; ¿Quizás no escuchó bien al Padre cuando le instaba a
dar su vida por todos; quizás y después de todo Pedro le decía bien en
cuanto a no ir a la cruz…?
Este, ni siquiera es “otro evangelio”. Esto es una blasfemia sin límites.
6. El problema es el de ser pobres de espíritu, según Munroe
Según
Myles Munroe, el problema de la humanidad no es el pecado, sino el ser
pobre de espíritu, a lo cual llama tener un vacío espiritual. El dijo
así:
“Jesús
ve a todos los habitantes de la tierra y analizándolo todo llega a una
conclusión: todos sufren pobreza espiritual; vacío espiritual. ¿La
solución? El reino de los cielos. Esta es la razón por la cual la
religión nunca va a satisfacer, incluido el cristianismo”
Ese
“vacío espiritual” para Munroe, no sería el causado por el pecado y la
consecuente separación de Dios, sino por el no conocer la posibilidad de
ejercer dominio en este mundo; lo que él llama el reino. De ahí que él
mismo asegura que la fe cristiana no puede satisfacer a nadie.
Leyendo
Mateo 5: 3, donde dice “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque
de ellos es el reino de los cielos”,Munroe asegura que el reino es para
todos los hombres sin excepción, ya que todos son pobres en espíritu, y
eso sólo por cambiar de mente (el arrepentimiento según él), para así
recibirlo.
Para
Myles Munroe, fallando absolutamente en su exegética, los hombres todos
son pobres en espíritu. Eso no es cierto. Su concepto es que “pobre en
espíritu” significa necesitado de entender que tiene el dominio de parte
de Dios para ejecutarlo en esta tierra. No obstante, Jesús quiso decir
algo muy diferente a lo que dice Munroe que dijo.
Cuando
el Señor hablaba de ser “pobre en espíritu”, estaba hablando de todos
aquellos que se ven necesitados de Dios, que temen a Dios, que reconocen
la necesidad del ministerio de Jesús (la cruz y su resurrección), ya
que de los salvos, y por tanto hijos, es el reino. Es el reino ahora en
nuestras vidas, y será el reino visible cuando Él regrese, y se
manifieste lo que hemos de ser (1 Jn. 3: 2).
Para
Munroe, Jesús, así como Juan, fueron simples predicadores y expositores
del reino, poco más. El mérito sería el del creyente, que al cambiar su
manera de pensar (arrepentimiento, según él), ahora cree que va a ser
un campeón, ya que tiene de parte de Dios el llamamiento de serlo,
dominando este mundo.
En ese sentido asegura que todos los hombres buscan el reino. A tenor de Mt. 24: 14, dice así:
“Cuando
el evangelio del reino sea predicado a todo el mundo, ¿cuál evangelio?,
pero ¿qué hemos predicado? ¿el de nacer de nuevo?, por eso los
musulmanes no buscan a Dios, porque no buscan el nacer de nuevo sino que
buscan el reino, por eso los budistas no vienen al cristianismo, porque
el cristianismo es una religión, no es el reino. Por eso lo hindús no
vienen. Lo que buscan todos es el reino”
¡Barbaridad
sobre barbaridad! Menospreciando la necesidad de nacer de nuevo (Jn. 3:
3), y por tanto la salvación propiamente dicha, Myles Munroe asegura
que ningún hombre está interesado en nacer de nuevo, sino en el reino,
es decir, en el dominar en este mundo. En esto tiene razón, los hombres
no buscan a Dios por sí mismos, pero esto no es lo que ha querido decir.
Lo que ha querido decir, es lo que ha dicho: que hay que predicarles a
los hombres según sus deseos carnales: dominio, conquista, poder,
gobierno, riquezas, prosperidad, etc. todo lo que cualquier pagano,
idólatra e impío desea en esta vida, porque la salvación (el nacer de
nuevo), no es la cuestión… por lo tanto, según Munroe – y que ya lo dijo
- la cruz no es la cuestión.
Y
yo me pregunto, ¿por qué gente como él y muchos más se presentan ante
todos como predicadores evangélicos? La respuesta es simple; les
interesa el favor de las masas crédulas, de dónde sacan sus muchos
emolumentos, con el consentimiento de pastores tibios o torcidos.
“El llamado “Reino Ahora” no es más que el adelanto o preparación de lo que será el reino de la Bestia Anticristo, ¡piénsenlo!”
7. Según Munroe Jesús no puede volver todavía
“Y
el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven…El que da
testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí,
ven, Señor Jesús”(Apocalipsis 22: 17, 20
El
mensaje bíblico por excelencia después de la salvación y de la
consiguiente resurrección o transformación (1 Ts. 4: 17), es sin duda la
venida del Señor, como hemos leído. Esta es la doctrina evangélica.
Jesús dice: “Ciertamente vengo en breve”
Ahora
bien, Munroe dijo en esta su conferencia, aplaudiéndole y vitoreándole
todos los que allí estaban según se puede ver con claridad en la
grabación, incluidos los tres “espadas”, a saber, el anfitrión,
Guillermo Maldonado, Cash Luna y Ana Méndez, que, de ninguna manera el
Señor va a volver todavía. Para eso, y como ya es costumbre, enarboló el
manido versículo 14, de Mt. 24.
Dijo así, burlándose de los predicadores como nosotros:
“Dicen:
¡Estén preparados, Jesús viene pronto!... ¡Cállense! Que el Señor viene
pronto, no es el mensaje, no es el evangelio, dejen de enseñarlo, dejen
de mentir al pueblo…”
Burlándose
de los que creemos la verdad revelada, reiteradamente se burlaba
también de la pronta venida del Señor, diciendo que eso nada tiene que
ver con el Evangelio, y que los predicadores debemos dejar de enseñarlo.
¡Qué terrible osadía la de ese hombre!
Según
él, la razón por la que Jesús no viene, es porque no se está predicando
el evangelio del reino, es decir, su perverso y pervertido concepto del
evangelio del reino.
Dice así a colación de esto:
“No
hay otro mensaje. Mi corazón se rompe, porque vuestra religión no está
funcionando. Un reino es un gobierno. No es una religión, es un
gobierno. La Biblia dice que nosotros somos gobernadores”
Según
él, el Señor no puede regresar porque los creyentes somos religiosos,
vacíos espirituales, y no estamos reinando de hecho en esta tierra,
subyugando todos los poderes habidos y por haber. Así pues, el retorno
del Señor depende de nosotros… ¡Crasa herejía!
¿Nos
ha llamado el Señor a gobernar este mundo? ¡No! El Señor nos dijo: Id y
predicad el evangelio a todas las naciones, y hacer discípulos,
bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Jamás la iglesia ha recibido la encomienda de gobernar, reinar, dominar,
sino de andar como Él anduvo (1 Jn. 2: 6); y sabemos como Él anduvo,
¿no es cierto?
“Decir
que Cristo no puede volver aún, es como decir: “Señor, todavía no
puedes volver, todavía hemos de reinar nosotros por un buen tiempo,
¡Absurdo!”
Halagos y lisonjas y más mentiras
Lisonjeramente, dirigiéndose a Guillermo Maldonado y a su esposa, Myles Munroe les dice lo siguiente refiriéndose a su iglesia:
“Esta
iglesia es la mayor manifestación en esta ciudad del reino de una
iglesia del reino, la cual está dominando sobre todo el área, y apenas
comienza”.
Los
aplausos de Maldonado y su mujer no se dejan esperar, así como los
vítores de la audiencia. Seguidamente anima a sus oyentes a poner en
práctica el concepto del reino que según él, Dios les ha dado, y dice:
“Abra
su propio banco, abra su propia compañía de seguros, abra su propia
estación de radio y de TV, abra su propio negocio, domine toda la
ciudad; esta es la vida del reino. Esto no es acerca de religión, es
acerca del regreso de una cultura, la cultura del reino; Gracias que el
reino ha llegado a Florida, en Colombia, Paraguay, etc. etc.”
¿Era este el concepto del reino que Jesús predicó, un reino en este mundo, hacia este mundo condenado? Obviamente, no.
No es más que la carnalidad puesta en acción. No es otra cosa sino la manifestación visible de las palabras inspiradas de Pablo:
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne”(Romanos 8: 5)
Concluyendo
Myles
Munroe se equivoca en su entendimiento del reino. Jesús anunció que el
reino se había acercado, porque Él es el Rey, y vino a los suyos, a las
ovejas perdidas de Israel de parte del Padre, para decirles que si le
aceptaban como su Mesías – que lo es – el reino prometido a Israel
vendría para quedarse.
El
reino se volvió al cielo, con el Rey (no hay reino sin rey) porque
Israel rechazó a Jesús, y será así hasta que digan bendito el que viene
en el nombre del Señor. Eso será en su segunda venida.
El
reino sobre la tierra, mayormente tiene que ver con Israel, el cual
todavía ha de ser salvo (Ro. 11: 25, 26), el cual será el reino del
Milenio o milenial.
Evidentemente, junto con todos los de su cohorte, Munroe es absolutamente reemplacista.
El
reino visible en este mundo no existe, sólo en la mente febril de
Munroe y de miles más que no entienden o no quieren entender lo que la
Biblia enseña.
El
reino para Myles Munroe y cientos más, si no miles, es en cuanto a lo
visible, tangible, aquí y ahora, y desde una perspectiva absolutamente
carnal, todo lo cual anhela cualquier impío; pero ese no es el reino de
Dios el cual él dice predicar. Enseñó un verdadero siervo de Dios, el
apóstol Pablo:
“porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”(Romanos 14: 17)
Ese Reino es el que está dentro de cada verdadero creyente, por tanto, nacido de nuevo.
El
reino de Dios está en cada creyente en el momento en el que nace de
nuevo por el Espíritu, y consecuentemente es salvo (Ef. 2: 8). El reino
de Dios aquí y ahora está en el verdadero creyente, y nada tiene que ver
con este mundo:
“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19)
El
reino de Dios nada tiene que ver con este mundo; mundo que está a la
espera de recibir la ejecución de su sentencia de parte de Dios (1 Ts.
1: 10)
El reino de los cielos, nada tiene que ver con las cosas que hay en este mundo, ni con el amor al mismo, sino todo lo contrario:
“No
améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria
de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y
sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”
(1 Juan 2: 15-17)
Myles
Munroe predica acerca de las excelencias de este mundo, las cuales
todos los cristianos deberíamos buscar, poseer y dominar; no obstante,
la Biblia, la cual él minimiza, dice otra cosa:
“Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde
está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida
está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se
manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en
gloria” (Colosenses 3: 1-3)
Hay mucho más que dijo este hombre, pero baste con esto de momento
Pastor miguel rrosell
CLIC AQUÍ -Para ver el vídeo-“Redescubriendo el reino” Myles Munroe
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