Estoy
indignado ante la constante propagación de este perverso negocio que
muchas iglesias llamadas “cristianas” están llevando a cabo dentro de
sus servicios y a través de los medios de comunicación donde se hacen
llamados con carácter urgente a “pactar con Dios” para recibir una
solución inmediata a sus interminables problemas de índole financiero,
matrimonial, cultural, emocional, físico, sentimental y mucho más.
Hace
días mi esposa y yo escuchábamos un programa radial donde se instaba a
las personas a “pactar” con el propósito de obtener algún favor de Dios y
les aseguraban a los oyentes que si pactaban, serían sanados, los
problemas matrimoniales acabarían y vendría prosperidad de todo tipo,
luego de escuchar todas estas cosas mi esposa me comentaba indignada
¿Cómo pueden usar tantos pasajes de la Biblia y usarlos para su
conveniencia?, esto es precisamente lo que muchos falsos maestros hacen
con las Escrituras.
Tratemos
de llegar al quid de este asunto, ¿Dónde nace esta idea de “pactar” con
Dios?, Nace a partir de una distorsión total acerca del concepto
bíblico de un pacto. Estoy plenamente convencido que estos falsos
ministros no tienen la menor idea de la solemnidad y trascendencia que
implica un pacto de Dios. En las Escrituras podemos aprender mucho sobre
el tema de los pactos, como veremos a continuación:
1.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que solo Dios puede hacer un
pacto con el hombre, donde él compromete su Palabra y su fidelidad para
cumplir su parte del pacto. (Génesis 17:2), nótese que Dios toma la
iniciativa cuando establece su pacto. Esto es muy claro en las
Escrituras.
2.
Escrituras demuestran que el hombre siempre ha fallado en cumplir su
parte del pacto, (1Reyes 19:10), en el pasado Israel comprometió su
palabra afirmando que cumpliría su parte del pacto con Dios, (Josué
24:20-24), sin embargo incurrieron en apostasía muchas veces. (Jueces
2:11).
3.
No existe en las Escrituras que alguien quiera pactar con Dios y que
Dios acepte que el hombre pacte con él, porque eso sería tentar o probar
a Dios. La Biblia enseña que está prohibido tentar a Dios, (Mateo 4:7).
Dios ha demostrado en la historia de su revelación su gran fidelidad,
por tanto no necesita ser probado. Algunos pretenden usar el pasaje de
Génesis 28:20-22 para sostener su falsa doctrina pero debemos
considerar:
- Que no se trata de un pacto sino de un voto.
- Dios tenía un propósito con Jacob y lo guardaría para llevar a cabo su programa redentor.
- El hacer voto era muy común en el antiguo oriente, en occidente puede entenderse como una promesa que el hombre hace para recibir los favores de Dios.
4.
Tampoco encontramos en las Escrituras que el pacto con Dios implique
una cantidad de dinero, esto tiene un solo nombre y se llama ESTAFA.
5.
En el Nuevo Pacto, no tenemos necesidad de hacer transacciones
monetarias con Dios, por cuanto la base de este pacto es la sangre
preciosa de nuestro Señor Jesucristo y no el dinero.
6.
La idea de querer siempre estar prosperado, bendecido y nunca padecer
necesidades, dificultades y enfermedades es tan falsa como los mismos
pactos financieros, Cristo enseñó el precio de ser discípulo y cargar
nuestra cruz todos los días. (Mateo 16:24, 25).
7.
La iglesia primitiva jamás predicó esta enseñanza, los apóstoles nunca
instaron a los creyentes a pactar con Dios a cambio de beneficios y
favores, los grandes apóstoles pasaron momentos de dificultad y nunca
pactaron con Dios. (Filipenses 4.10-12).
8.
Si los pactos financieros son verdaderos, usted ya no necesita orar a
Dios, por cuanto el dinero será suficiente para obtener respuesta a su
necesidad. Esto es una vil mentira. (Filipenses 4:6)
9.
Por el hecho de que usted haya “pactado” muchas veces con Dios y haya
recibido una respuesta, no significa que esa doctrina sea aceptada por
Dios, recuerde que Dios es soberano y el puede bendecir a quien él
quiere, sin hacer pactos con nadie. DEL SEÑOR ES LA TIERRA Y SU
PLENITUD…
10.
Los que promueven esta doctrina se están llenando los bolsillos con su
dinero en el nombre de Dios. Recuerde que el dinero nunca podrá
convencer a Dios, los pactos financieros son una argucia para obtener
dinero a costa de la fe de los demás.
Edinson León Esquivel.
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