sábado, 4 de agosto de 2012

ESOS FALSOS MAESTROS QUE JAMÁS FUERON SALVOS


(2 Pedro 2: 1) “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina”

ESOS FALSOS MAESTROS QUE JAMÁS FUERON SALVOS

Introducción

Realmente imponen estos falsos maestros de la actualidad, pues tienen una apariencia , en principio, contraria a su realidad de falsedad. Son sumamente carismáticos, y por tanto, son muy convincentes en sus maneras y en su acercarse al gran público evangélico profesante.
Tienen un don natural para trasmitir su mensaje cautivador; una osadía nata, bañada de esquelética piedad, barnizada ésta solamente con simple colorante. Un poco de color y nada más.
Con razón el Señor insistió en que los creyentes debíamos ser prudentes como serpientes, ya que a nuestro alrededor se iban a levantar feroces lobos disfrazados de tiernos corderitos.
Lo lamentable, es que muchos, muchos, todavía no han aprendido esta lección tan básica, y todavía se quedan embelesados cuando aparece en el escenario religioso ese hombre o esa mujer, vestido casi a la perfección, de amplia sonrisa “Signal”, con o sin Biblia en la mano, pero que sin ningún reparo ni temor de Dios, se le llena la boca con el “en el nombre de Jesús”, vocalizándolo a diestra y siniestra.
Los pobres ingenuos son cautivados porque, ¿cómo pueden ser engañadores estos que hablan de Dios y de Jesucristo, y no les cae un rayo que les parta? Así discurren…
Pero éstos, son falsos hombres y mujeres de Dios, falsos profetas, hijos del Falso Profeta (Ap. 13: 11ss), que jamás, jamás fueron salvos, porque a modo de nuevos Balaam, engañan por codicia a todos aquellos que se prestan a ese juego religioso-malabar.
Estudiemos seguidamente y sin más preámbulos esta sección de la segunda epístola de Pedro con todo detalle, el por qué jamás fueron siquiera salvos.
“Saben llenar estadios enteros estos falsos maestros, porque saben cautivar a muchos con sus mensajes de falso evangelio” “Saben tocar la fibra sensible místico-religiosa de muchos, y sacar un buen provecho de ello. Aquí vemos la “cruz del G12”, y a esos desvalidos espirituales agarrándola como si fuera un dios”
“Saben llenar estadios enteros estos falsos maestros, porque saben cautivar a muchos con sus mensajes de falso evangelio” “Saben tocar la fibra sensible místico-religiosa de muchos, y sacar un buen provecho de ello. Aquí vemos la “cruz del G12”, y a esos desvalidos espirituales agarrándola como si fuera un dios”

1. Compró vs. Rescató

El apóstol Pedro dice que esos falsos maestros aludidos que engañan al pueblo de Dios, niegan al Señor - lo cual significa, que no le niegan necesariamente de boca, pero sí niegan la verdad de Dios en algún punto o en muchos. También dice que “los rescató”.
¿Significa esto que estos hombres malvados, que se aprovechan de la fe ingenua de los creyentes para hacer mercadeo de ellos (2 Pr. 2: 3) en algún momento en sus vidas nacieron de nuevo, para luego perder la salvación? No, no dice eso. La salvación, si es, es.
La traducción de la Reina Valera aquí no es la mejor para el término agorazo¸ en Griego, que mejor traducido es: compró.
“y aún negarán al Señor (Despotes) que los compró…”:
La palabra que se traduce por Señor aquí es “Despotes”, y literalmente significa: Dueño, Amo. La implicación entonces, es la de posesión. Todos los hombres sobre la tierra son posesión de Dios, son posesión del Señor, como Dueño y Amo. Ese es uno de los sentidos. Hay más.
Pedro está diciéndonos aquí que esos hombres que supuestamente enseñaban la verdad de Cristo, pero que hacían lo contrario, habían sido comprados por el Amo (Despotes).
Eso no significa que eran salvos, o que alguna vez lo habían sido, sino que le pertenecían a Él. Tal caso lo vemos versículos más adelante cuando el mismo Pedro nos habla de Balaam, claro exponente de lo que es un falso profeta.

“Balaam fue el padre de todos los nuevos falsos profetas de la prosperidad, los cuales introducen encubiertamente herejías destructoras"

“Balaam fue el padre de todos los nuevos falsos profetas de la prosperidad, los cuales introducen encubiertamente herejías destructoras, y por avaricia hacen mercadería con los creyentes profesantes con palabras fingidas”

“El fin de ellos es sin duda el lago que arde con fuego y azufre”

“El fin de ellos es sin duda el lago que arde con fuego y azufre”
Balaam le pertenecía a Dios, pero jamás fue salvo. Dios usó a Balaam como también usó a Faraón, para Sus propósitos. Veámoslo:
“Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra” (Romanos 9: 17)
De Dios son todo los hombres, y tiene misericordia de quien quiere tener misericordia, y a quien quiere endurecer, endurece (Romanos 9: 18).
Ese “comprar” tiene también otro sentido. Cristo pagó el precio por los pecados de todos los hombres al dar su vida y sangre en la cruz del calvario (2 Corintios 5: 19). Es cierto que sólo los que ponen su fe en el Salvador tienen el beneficio de la salvación, pero el precio de la compra incluye también a los que no se salvan.
El precio se pagó por estos últimos, pero ellos no quisieron salir de su esclavitud (en lo que per toca al hombre).
Por lo tanto, Pedro usa aquí al decir que “los compró” un tipo de analogía, más que un argumento doctrinal o teológico. Esa analogía o ejemplo, es el de un amo que tiene dominio sobre sus posesiones y personas, tipo clásico en la antigüedad. Escribe al respecto en Matthew Henry:
“El vocablo “despótes”, “amo, dueño”, se aplica, tanto en el griego clásico como en el bíblico al señor que tenía esclavos”.
El dueño o señor compraba los esclavos, y éstos debían obedecerle sin rechistar por encima de sus voluntades. Este es el sentido.
El verbo que Pedro usa para “comprar”, como vengo diciendo, es “agorasanta” (está en participio aoristo), y significaba para aquella comunidad del tiempo de Pedro, “comprar en la plaza del mercado”, donde además de alimentos se compraban y vendían esclavos.
Los esclavos, la mayoría odiaban a sus dueños, pero debían obedecerles por fuerza. Ese es el sentido.
Ningún comentarista bíblico serio admite que estos falsos maestros aludidos por Pedro (cuáles los hay hoy en día a mansalva) hubieran en algún momento nacido de nuevo.
Pedro enfatiza en esta descripción bíblica que hemos leído arriba, el carácter sumamente siniestro y pervertido de los falsos maestros que declaran a Cristo de labios para afuera, pero niegan de hecho, y desde sus mismos corazones Su Señorío sobre ellos mismos, y de hecho, sobre los demás. Apartémonos de ellos (Romanos 16: 17, 18).
Huyamos de lo aparente, para centrarnos en lo verdadero. Huyamos del espíritu idolátrico de esos pequeños avatares pseudo evangélicos de turno.
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Septiembre 2011
www.centrorey.org

FIN

 

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