viernes, 21 de septiembre de 2012

RIQUEZAS Y RESPONSABILIDAD



Subtitulo: ¿Qué Dice La Palabra De Dios Acerca De Los Predicadores Quienes Promueven El Deseo De Ser Ricos?

En el capítulo seis de Primera de Timoteo, el Apóstol Pablo lanza el siguiente discurso: (Basado en la premisa de que los esclavos cristianos de la época debían ser obedientes a sus señores).
“… Esto enseña y exhorta. 3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. 6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.  8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.  9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:2b-10 (VRV)
Luego unos versos después, comentarios adicionales son hechos a aquellos Cristianos a quienes Dios les ha permitido la bendición de tener riquezas materiales en este mundo:

17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; 19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.” 1 Timoteo 6:17-19 (VRV)

Así que el primer asunto que debemos entender es que aquellos quienes dicen que “el dinero es la raíz de todos los males” ¡están citando erradamente lo que dice la escritura! El amor al dinero es el problema – no el dinero en sí mismo. El tener fondos suficientes para suplir nuestras necesidades es una gran bendición que viene de parte de Dios, ¡pero erramos grandemente si expresamos insatisfacción con el nivel de Su providencia al desear a toda costa hacernos ricos!  Nuestro Dios soberano no nos entrega a cada uno de nosotros el mismo “capital de trabajo” tal como podemos ver en la siguiente parábola:

14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.” Mateo 25:14-15 (VRV)
En términos del sistema de monedas del Nuevo Testamento, el “Talento” tenía un valor de 6000 denarios – una gran cantidad de dinero, al considerar que un denario era un día de paga para el obrero común. Uno de los sirvientes fue encargado con la responsabilidad de un talento, el segundo recibió el doble de la cantidad y el tercero, cinco veces más que el primero. Note usted el criterio que se tomó en cuenta para repartir los “Talentos”, cada uno conforme a su capacidad”.  En otras palabras, el maestro estaba bien al tanto de su relativo nivel de competencia y los patrocinó de acuerdo al mismo – con la expectativa razonable de que ellos invertirían estos fondos de una manera sabia trayendo ante su presencia los beneficios.
La aplicación de esta parábola para los Cristianos es obvia: nuestro Señor tiene un conocimiento infinito de nuestras fortalezas y debilidades y Él nos asigna tareas basadas en nuestra disposición de servir. Muchos creyentes tienen talentos y habilidades dadas por Dios más allá de su determinación a usarlas y por lo tanto su desempeño total por la causa de Cristo es mucho menor que el que habría de ser si hicieran lo contrario. Y es triste decir que muchos de estos hermanos con frecuencia se pasan toda la vida “de mal en peor” a penas sobreviviendo en cuanto a lo financiero pues Dios no responde sus oraciones por mejoría económica. ¿Y por qué será esto? Muchas veces esto es así por lo que veremos a continuación:
2b“…..pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” Santiago 4:2b-3 (VRV)
 El primer articulo que escribí para la sección “Del Corazón de un pastor” (El Secreto Mejor Guardado En El Mundo) fue sobre el tema de la mayordomía (www.cuttingedge.org/articles/p112.htm). Y en este artículo traté lo mejor que pude señalar a mis hermanos y hermanas en Cristo que debemos primero aprender a dar si deseamos recibir. Y cuando comencemos a recibir, la naturaleza de lo que recibimos no siempre será material. ¿Cómo he de ponerle un valor material a la buena salud o a un sueño reparador? Escúchenme bien mis amigos, Dios en ninguna parte nos ha prometido a los Cristianos que seriamos ricos solo por que oremos por ese propósito o por que sigamos una formula secreta para lograrlo. Muchos charlatanes impíos continúan mal guiando a muchas ovejas al enseñarles que deben reclamar las promesas que Dios les ha hecho en el Antiguo Testamento a Israel – promesas relacionadas con bendiciones materiales las cuales fueron condicionadas. Bendiciones por obediencia, y juicio por desobediencia. Y ninguna de esas promesas condicionadas fueron nunca hechas para la Iglesia del Nuevo Testamento.
Nuestro Dios Soberano permite que cada uno de sus hijos tenga bendiciones materiales de acuerdo al nivel que Él elija. Y siendo un hombre joven entendí por las malas que la salida de dinero siempre sería mayor que la entrada mientras yo persistiera en mi actitud de engaño hacia Dios. El “diezmo” demandado al Judío del Antiguo Testamento se acercaba al 15% de su entrada total. Y es así, el diezmo no es requerido al Cristiano. Sin embargo, ¿qué le hace pensar a usted que Dios estaría conforme con algo menos que el diezmo --- especialmente si usted es capaz de darlo?
¡Oh siento que se aproxima un sermón!
¡¡¡Casi puedo escuchar los lamentos de angustia de quienes acaban de leer esto y que sin duda alguna rechazan esta premisa!!!  “Pero, pero,…. Pero no puedo dar el diezmo” muchos balbucean. Mis amados, en definitiva no podemos darnos el lujo de no dar el diezmo. Dios va a lograr su “propósito” de una forma u otra y la primordial razón por la cual los creyentes son forzados a tener una existencia insuficiente es debido a su limitada (y muchas veces no existente) disposición al servicio.
Me avergüenzo sobremanera cuando veo que muchas congregaciones recurren a venta de comida, lavados de autos, y un sin número de otras artimañas para recaudar fondos cuando la verdad es que no tienen suficiente fe como para practicar una administración de bienes adecuada. Y cuando por fin logran recolectar una pequeña cantidad de dinero, usualmente lo gastan en proyectos totalmente innecesarios como “Centros de Vida Familiar”, etc., y terminan desentendiéndose de la obra misionera la cual podría dar buen uso a ese dinero esparciendo el mensaje de salvación a los confines de la tierra.
Así que mi pregunta es la siguiente: ¿Cuándo dejará de escuchar a aquellos que hacen falsas ofertas a quienes diezman (solo con el propósito de llenar sus bolsillos en el proceso) --- y comenzará a tratar a Dios con el respeto que merece mostrando una administración de bienes adecuada?
2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.” 1 Corintios 4:2 
Tal y como señalé en el articulo El Secreto Mejor Guardado Del Mundo, un administrador de bienes, durante los tiempos del Antiguo Testamento esencialmente tenía el mismo estilo de vida que su Señor. Y mientras continuara dando un trato adecuado a los bienes de su Señor, se le concedía un estado de vida confortable. Pero de encontrarse falto en su trabajo, era descargado de su puesto y era rebajado a un común sirviente.
Muchos han sido denigrados a vivir solo de las migajas que caen de la mesa del Señor pues han sido infieles. Y de la única manera que podrá ser restituido a su posición de administrador es determinando por fe que sacará lo mejor de lo que tiene. Pero le aconsejo que no podrá primero hacer un presupuesto dependiendo únicamente de una administración adecuada pues ciertamente los números no saldrán. Dios espera que usted (y yo) primero demos lo que nos corresponde y que dependamos de su mano poderosa para que con lo que nos sobra podamos suplir nuestras necesidades. Eso requiere tanto la fe como el deseo de agradar a Dios en todas las cosas. La actitud de ser igual a la acción, pues haciendo lo correcto en la dirección errada no dará nunca los resultados deseados.
7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama (Esto es que se deleita en, aquel que le aprecia por sobre todas las cosas) al dador alegre.” 2 Corintios 9:7 (VRV)
¿Así que será quien vaya a pescar o será quien prepara la carnada? Si se ha estado quejando de lo difícil que es conseguir el sustento diario, las posibilidades son que usted mismo sea el culpable. Y aunque tomado del Antiguo Testamento, el siguiente pasaje es una muy buena explicación del principio detrás del problema:
8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.”  Malaquías 3:8 (VRV)
Y justo cuando usted piensa que el máximo sacrificio que puede hacer una persona es dar el 10%, por favor vea que las ofrendas eran algo voluntario – ¡por encima y más allá del diezmo requerido! “¡Oh cielos – usted debe estar tomándome el pelo”! No mis hermanos estoy hablando muy en serio y con esto trato de llamar su atención.
Puedo citar traer a colación el testimonio de cientos de creyentes quienes con el pasar de los años han visto como Dios les bendice por hacer lo que es correcto.
25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.” Salmos 37:25 (VRV)
Si verdaderamente usted es hijo de Dios, puedo señalar con toda certeza que tan mala como sean sus finanzas en su vida – no ha sido reducido a mendigar su próxima comida. La asistencia del estado, los comedores populares, o la providencia divina le impedirán que tenga que pedir puerta a puerta. Dios todavía provee para los suyos, pero sus bendiciones abundantes son para aquellos que dan de su tiempo, talento, y tesoro para su obra. Le insto a que ore con respecto a este asunto y que tome el primer paso de fe dando de vuelta a Dios una porción santa y apartada de aquello que Él le permite usar. Como hijos de la gracia de Dios, todo lo que tenemos le pertenece a Dios. Y sé de experiencias personales que mientras más temprano nos demos cuenta de este hecho y comencemos a practicar una buena administración, mejor estaremos tanto en lo espiritual como en lo financiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario