Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la
verdad os bautizo en agua, pero viene uno más poderoso que yo, de quien
no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano para limpiar su
era. Recogerá el trigo en su granero y quemará la paja en fuego que
nunca se apagará. Lucas 3:16-17
INTRODUCCIÓN
El ministerio de Juan El Bautista, sin lugar a dudas, fue uno de los
más grandes, o el último ministerio profético en la sucesión de los
grandes profetas del Antiguo Testamento.
En una ocasión estuve en una de las montañas boscosas de Jerusalén, y
considerado el lugar donde nació Juan El Bautista. Siendo hijo del
sacerdote Zacarías, su ministerio era sacerdotal.
Ya todos conocemos la revelación del arcángel Gabriel, en relación a
su nacimiento, y lo que sucedió con su padre y su mamá; no voy a
profundizar en ello, pero sí quiero hablar un poco sobre lo que fue ese
precioso ministerio, y que en un momento el Señor Jesús habló de él,
diciendo palabras de elogio hacia Juan (Mateo 11:7-14).
Juan El Bautista inicia su ministerio, según los historiadores, por
ahí del año 29 de la edad de Cristo; es decir, un año antes del
ministerio público del Señor Jesús.
Su ministerio se concentró en el desierto de Judea; junto al río
Jordán. Fue un ministerio desafiante, para un país que estaba envuelto
en un mar de confusiones.
Por un lado estaban bajo la opresión del Imperio Romano, que les
había puesto cargas sumamente pesadas, gobernados por cuatro reyes,
todos de la familia de Herodes El Grande.
Y por último, tenía un procurador llamado Poncio Pilato, quien
imponía a cada momento los nuevos decretos del César de Roma. Y
finalmente, el pueblo estaba oprimido por las inmensas cargas rituales
impuestas por los corruptos líderes religiosos, quienes estaban
vinculados al Imperio Romano.
Bajo esa carga pesada, en que el pueblo judío se encontraba, era
sensato pensar que el pueblo de Israel anhelaba la venida del Mesías. El
pueblo ya estaba harto de tantas falsedades de sus líderes religiosos;
por lo tanto, estaba a la espera de que el Señor levantara un profeta al
estilo de Elías, y desafiara a todos los corruptos en nombre de Dios.
Aquí es cuando surge este poderoso mensajero, al estilo del poderoso ministerio del Profeta Elías.
Como dije, el ministerio de este hombre de Dios, Juan El Bautista,
surge en el desierto de Judea, junto al río Jordán; su mensaje no fue
muy diplomático.
De hecho, el 95 por ciento de las radios pseudo-cristianas hoy
conocidas, jamás le darían espacio al ministerio de Juan El Bautista,
porque estas estaciones aborrecen el mensaje fuerte y verdadero.
Juan el Bautista (1)
Y decía a las multitudes que salían para ser
bautizadas por él: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la
ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no
comencéis a decir dentro de vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por
padre”. Porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de
estas piedras. Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles;
por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa al fuego.
Lucas 3:7-9
A pesar de que el mensaje de Juan El Bautista era sumamente fuerte y
desafiante, su interés era provocar con éste un arrepentimiento dentro
del pueblo judío; si la persona era quebrantada por La Palabra, y estaba
dispuesta arrepentirse, entonces tenían que bautizarse en agua, dando a
entender que así como se limpiaba por fuera, lo estaban haciendo por
dentro.
Su poderoso mensaje, que sin lugar a dudas le daría muchas úlceras a
los falsos ungidos de hoy en día, se regó como polvo en toda la nación,
en término de un año.
De modo que ese mensaje llegó a las esferas más altas de la sociedad
gobernante, tanto político como religioso, pues hasta el mismo Herodes
visitó a Juan, siendo seriamente reprendido por él.
El mensaje de Juan El Bautista fue tan poderoso, que los mismos
religiosos de menor rango acudieron a escuchar su mensaje, y hasta se
bautizaron, como prueba de que se arrepentían de sus pecados.
No cabe duda que Juan estaba cumpliendo a cabalidad la profecía de
que Elías debía de venir antes de que apareciera el Señor, según la
palabra de Malaquías 4:5-6.
Debo mencionar que la razón, o una de las razones por la cual pudo
haber usado su famosa vestimenta, era para demostrar que no era Elías
quien debía de aparecer físicamente, sino el mismo espíritu de celo que
estuvo sobre el Profeta Elías.
LOS ESENIOS
Algunos historiadores consideran que Juan El Bautista perteneció a la
secta de los esenios, famosos hoy en día por los rollos del mar Muerto.
He tenido el privilegio de haber visitado múltiples veces ese lugar conocido como Las Ruinas del Qumram.
Cuevas del Qumrán, cerca del Mar Muerto, lugar donde
fueron encontrados manuscritos, escritos en hebreo y arameo por
miembros de la comunidad judía de los esenios, que datan
de los años 160 a.C. hasta el 70 d.C. (2)
Esta secta de los esenios estaba compuesta por judíos que estaban en
total desacuerdo con las sectas de los escribas y fariseos, por cuanto
le daban más importancia a la famosa ley oral, que a Las Sagradas
Escrituras.
Algunos expertos historiadores de Israel consideran que los esenios
pudieron haber sido atraídos por el mensaje de Jesús, pues de alguna
manera ellos bajaban a Jerusalén y pudieron haber escuchado al Señor
cuando reprendía a los fariseos, quienes le daban más importancia a las
reglas y prácticas religiosas que a La Palabra misma de Dios.
Y es que es muy conocido hoy en día que los fariseos creían en la
palabra escrita; es decir, la Tanak. Pero también ellos creían en la
famosa ley oral; es decir, las enseñanzas de los rabinos antiguos. Los
esenios no estaban de acuerdo con esa práctica, y Jesús también les
refutó esto a los fariseos.
Por favor lean Mateo 23.
En este capítulo el Señor pone de manifiesto que ellos se amparan bajo
Las Escrituras, pero que no hacen como lo que las mismas Escrituras
enseñan.
Los esenios habían sido replegados y aislados; no se les permitía ser
parte de los servicios del templo, ya que los fariseos y los escribas
estaban en total control del templo, quienes a la vez coqueteaban con
Roma.
Los esenios "se llamaban a sí mismos Los Hijos de la Luz, se habían retirado (al desierto)
para purificarse, y esperaban volver a Jerusalén “al final de los tiempos”, después de
haber vencido a Los Hijos de las Tinieblas." (3)
Estos esenios se replegaron totalmente al desierto de Judá, donde
continuaron sus propias prácticas religiosas, y seguían las
transcripciones de Las Sagradas Escrituras al pie de la letra; a la vez,
ellos esperaban el advenimiento del Mesías con muchas ansias.
Se ha dado a conocer que en el año 2015 serán abiertos los misterios
de los rollos del mar Muerto, y desde ya hay documentales en Discovery,
donde se menciona que el Apóstol Pablo estuvo por lo menos dos años con
los esenios en Qumram.
En el libro de Hechos, el Apóstol Pablo menciona que en su camino a
Jerusalén se detuvo por dos años en el desierto. De hecho, hay un enorme
semejanza en los escritos de los esenios y las enseñanzas de Pablo.
PREPARANDO EL CAMINO
Déjenme continuar con el ministerio de Juan El Bautista. Este gran
hombre del Señor fue profundamente usado en el mensaje frente a la
apostasía.
Su mensaje fue contundente, al decirle al pueblo que ya era tiempo de
dar frutos verdaderos y no de estar viviendo de la falsedad religiosa.
Su mensaje era:
Y decía a las multitudes que salían para ser
bautizadas por él: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la
ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no
comencéis a decir dentro de vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por
padre”. Porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de
estas piedras. Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles;
por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa al fuego. Lucas 3:7-9
Sin lugar a dudas, en Juan El Bautista se estaba cumpliendo el pasaje profético de Isaías 40:1-5.
Juan venía a preparar el camino del Señor; él llegó a enderezar la
senda, que en esos días el pueblo del Señor había torcido mucho, a causa
de la gran apostasía.
Los grandes líderes religiosos del pueblo de Israel eran hombres
sumamente dotados en el conocimiento de Las Sagradas Escrituras, pero
preferían seguir los escritos de hombres que las mismas enseñanzas de
parte de Dios.
Algunos expertos en apologética indican que la razón por la cual
estos grandes líderes religiosos de Israel decidieron aplicar mejor los
escritos de ciertos profetas, era para poder ocultar sus grandes
desviaciones del verdadero camino del Señor.
"Los fariseos eran el partido opuesto a los saduceos, defendían la pureza de la Ley... Sin embargo, a
pesar de su espíritu minucioso e intransigente, la mayoría de las veces esto era pura fachada,
corrompidos por las pasiones más execrables, no dudaban en cometer los crímenes que fueran
necesarios con tal de deshacerse de los que se oponían en su camino." (4)
De esa forma ellos se presentaban ante el pueblo como hombres
verdaderamente ungidos del Señor, pues el pueblo, al no tener acceso
directo a la verdadera Palabra, no le quedaba más remedio que rendirse a
las falsas enseñanzas de estos líderes desviados de toda verdad.
Por otro lado, quedaba un grupo que sí deseaba mantener la sana
doctrina. Pero estas personas se habían vuelto demasiado legalistas, y
sin lugar a dudas, estaban totalmente aislados por los grandes líderes
religiosos que manipulaban todos los poderes de comunicación bajo el
Imperio Romano.
Es increíble ver hoy en día de cómo se está repitiendo la Historia.
Estamos viendo en vivo una apostasía sin precedente, donde los
apóstatas están amparados totalmente por la gran ramera de Roma en forma
solapada; estos líderes religiosos hoy en día tiene todas las
facilidades, y controlan casi en su totalidad los Medios de Comunicación
cristianos.
Las verdaderas iglesias son humilladas y aisladas por atreverse a
seguir predicando la sana doctrina; sólo algunas iglesias humildes de
Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, y muchas otras más naciones, saben lo
duro que es permanecer aislados, pues sus propios supervisores de
concilios los quieren obligar a adorar a los falsos profetas, o a entrar
a los satánicos encuentros.
Al igual que en los días de Juan El Bautista, los verdaderos hijos
del Señor gemían para que Dios enviara un mensajero que fuera capaz de
parar a estos apóstatas; hoy en día también el pueblo anhela la Segunda
Venida del Señor, para que ponga fin a esta gran apostasía.
Pero… ¿es posible que antes que venga el Señor llegue una sacudida que separe lo profano de lo santo?
¿VENDRÁ JUAN EL BAUTISTA PARA SEPARAR LA CIZAÑA DEL TRIGO?
Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os
bautizo en agua. Pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy
digno de desatar la correa de su calzado. Él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego. Su aventador está en su mano para limpiar su era.
Recogerá el trigo en su granero y quemará la paja en fuego que nunca se
apagará. Lucas 3:16-17
Al estar impactando el mensaje de Juan El Bautista, los fariseos y
los principales líderes del Sanedrín de Jerusalén, mandan una comitiva
para preguntar a Juan si él era El Mesías prometido al pueblo de Israel.
La repuesta de Juan fue rápida: “Yo no soy El
Mesías; yo sólo soy el que vino a preparar el camino del Señor, del cual
no soy digno ni siquiera de inclinarme para desatar la correa de sus
sandalias. Yo les bautizo en agua para arrepentimiento, pero el Señor
les bautizará en Espíritu Santo y fuego”.
Todos los cristianos entendemos perfectamente bien lo del bautismo
del Espíritu Santo, pero muy pocos entienden el significado de la
palabra “fuego”.
Los expositores, como el Nuevo Diccionario de la Biblia, sostienen
que aquí significa que el juicio del Señor, en el final, será con fuego;
algo que el Apóstol Pedro también confirma muchos años después. Por
favor lea 2 Pedro 3:10-12.
En este artículo me interesa mucho comentar específicamente la
siguiente parte del pasaje que hemos citado al comienzo del evangelio de
Lucas 3:17.
Su aventador está en su mano para limpiar su era.
Recogerá el trigo en su granero y quemará la paja en fuego que nunca se
apagará.
Permítame desglosar este pasaje en varias partes: Su aventador está en su mano.
La palabra “aventador” significa vendaval. Al ver que inmediatamente se menciona la palabra “trigo”, nos lleva a entender de qué ejemplo nos está hablando el Señor.
En la agricultura, desde tiempos antiguos, se limpiaba el trigo o granos soplando con un manto.
Campesinos cribando trigo. (5)
En nuestros países de Centro América se utiliza la famosa zaranda,
conocida en México como “criba”. Cuando termina el invierno en Centro
América, en especial en El Salvador, en la carretera de San Vicente a
San Miguel, en el oriente del país (a lo largo de la Carretera
Panamericana), los campesinos durante todo el día tienden mantos para
poner a secar el grano de frijol, aprovechando las altas temperaturas.
Y por las tardes se puede ver utilizando zarandas, y una tercera
persona con un manto soplando para que la basura que está en el frijol
salga fuera con el viento; mientras, dos personas mecen la zaranda, para
que el frijol malo, o cáscara, flote, y de esa forma el viento podrá
alcanzarla y botarla fuera del grano bueno.
Al decir Juan, que el Señor antes de recoger el trigo primero lanzará
su vendaval, nos hace pensar que la historia se volverá a repetir: Que
antes que el Señor regrese por su Iglesia, habrá un fuerte periodo de
apostasía, al igual que sucedió en la época de Juan El Bautista.
Si es así, podemos decir que esta postura tiene mucho peso y mucha
lógica; lo que sería importante es analizar la otra parte del pasaje. Y
lo haré en la parte final.
Si la historia debiera de repetirse tal como sucedió en los días de
Juan El Bautista, quien apareció con un mensaje apologético previo a la
venida del Señor (es decir, con un mensaje de desafío a los apóstatas),
es porque previo a la venida de Jesús habrá un fuerte periodo de
apostasía.
Y el propio Señor Jesús confirma esta postura en el mensaje de su venida, en Mateo 24:4-5, 11-13 y 23-25. Y Lucas 17:26-30. Pablo lo confirma en múltiples pasajes en las cartas, pero en especial en 2 Tesalonicenses 2:1-12. Y el Apóstol Pedro, en su segunda carta, capítulo 2 (2 Pedro 2).
De igual manera lo hace el hermano del Señor llamado Judas, en su carta del mismo nombre; al igual lo hace Apocalipsis.
Entendemos que hemos llegado a este momento no sólo por la gran
apostasía en que estamos en este tiempo, sino por las múltiples señales
del fin del mundo que el Señor Jesús nos dejó como una prueba de su
Segunda Venida, señales que ya las hemos venido mencionando y que las
tengo explicadas en varios estudios grabados en DVD.
Debemos recordar que en aquel entonces la apostasía se conoce sólo en
el pueblo de Israel, puesto que era el único pueblo del Señor. Por eso
el Señor levantó a Juan El Bautista previo a su venida. Pero hoy el
pueblo del Señor está por todas las naciones, por lo que no dudo que el
Señor ha levantado a múltiples Juanes, no como el ministerio de Juan El
Bautista, que fue único.
Me refiero en el sentido de un mensaje apologético, para despertar a un pueblo que está envuelto en la apostasía.
En todos los tiempos, cuando ha habido apostasía, el Señor siempre
levantó a siervos con el poderoso espíritu de celo del Señor; están, por
ejemplo, Elías, Jeremías y Juan El Bautista.
Engaño, avaricia, maldad, blasfemias, herejías, son algunas de las evidencias
que la apostasía del tiempo presente esta manifestando.
Aunque la apostasía que ahora estamos viendo parece ser la final, por
lo cual es mucho más dura. Pero el Señor ha levantado a sus siervos y
siervas con ese espíritu de celo del Señor.
LA SEPARACIÓN DE LO SANTO DE LO PROFANO
Su aventador está en su mano para limpiar su era.
Es posible que toda esta gran apostasía que estamos viendo hoy en día
sea sencillamente la separación de las ovejas de los cabritos. O el
caso de las 10 vírgenes; las cinco que están firmes, y separadas por el
Espíritu Santo, y las cincos que ya se están yendo hacia el lado
contrario del Señor. O la parábola del trigo y la cizaña.
De acuerdo a este pasaje, el Señor nos hace entender, por medio de
Juan El Bautista, que antes de que el Señor recoja a su Iglesia, mandará
ese vendaval, para que la paja sea separada de la buena semilla; sólo
así podemos entender las reacciones de pastores y evangelistas que un
día eran buenos hombres del Señor, pero que de momento los hemos visto
cambiar totalmente. Contrario a lo que ellos eran al principio de sus
ministerios, lo que indica que ya no son del Señor, pues antes eran
hombres santos y hoy son hombres soberbios, y extremadamente liberales.
Recientemente estuve en Charlotte, Norte Carolina, una ciudad que
hasta hace poco era considerada como la capital de la apostasía en este
Estado, pero que gracias a Dios, están fracasando.
Aunque el daño ha sido grande; según me comentó el Pastor Isaí
Ramos, uno de los grandes paladines en esta ciudad, el Señor está
rescatando a muchas ovejas que los apostatas habían estado explotado;
como lo pudimos ver en un evento que tuvimos en la segunda semana de
enero, vimos la gloria el Señor; la conferencia fue organizada por la
Radio Adoración y el último día no cupo la gente.
Recientemente el Señor me permitió ver a uno de los hijos del Pastor
Benito Gallo, quien ya está con el Señor, y recordé mi ayuno de 40 días
en la casa de este siervo del Señor, en el Tular, departamento de Valle,
en Honduras.
En ese ayuno el Señor me mostró exactamente este periodo que estoy
viviendo. Recuerdo cuando el Señor me mostraba a los falsos profetas.
Nunca olvido en la visión las miradas de odio que ellos me hacían. Y
la voz del Señor que me decía: “No les temas; no podrán tocarte”.
Eso lo vivo a cada rato hoy en día cuando me encuentro con ellos; me
ven con profundo odio. De inmediato me doy cuenta de qué lado están
ellos.
Ahora debemos entender porqué el Señor nos dijo: Mas el que persevere hasta el fin, ese será salvo (Mateo 24:13).
Este vendaval de pruebas, que podríamos decir que son vientos de
apostasía, sencillamente está arrastrándose la cáscara; es decir, la
cizaña. O sea, la paja. Y la buena semilla está quedando.
El problema es que esta apostasía también nos está arrancando la
buena semilla, y por eso es que hoy necesitamos predicar el mensaje de
Juan El Bautista, para rescatar la buena semilla que los apóstatas nos
están arrebatando.
Debo de aclarar que es sólo una hipótesis. Pero sin lugar a dudas
estamos viviendo los días de la apostasía, al igual que cuando comenzó
Juan El Bautista, previo a la aparición del Señor.
CONCLUSIÓN
Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os
bautizo en agua. Pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy
digno de desatar la correa de su calzado. Él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego. Su aventador está en su mano para limpiar su era.
Recogerá el trigo en su granero y quemará la paja en fuego que nunca se
apagará.
Debemos pensar también que “vendaval” pueda significar que el Señor,
en medio de esta apostasía, previo al arrebatamiento, mande una
manifestación de su Espíritu Santo, pero en forma de juicio; es decir,
que el Señor respaldará a sus siervos mandado juicios contundentes a los
apóstatas, que quieran ir más allá de lo permitido.
No olvide que en la comparación que hice de la zaranda, dije que dos
movían la zaranda para que el grano sea removido a fin de que el grano
podrido salga a flote, para que el viento lo expulse del grano bueno.
Pues dice que el Señor recogerá su trigo en su granero; esto es, el
Arrebatamiento. Si eso es así, entonces esta apostasía puede ser ese
zarandeo, y que tiene que suceder antes del Rapto, para que quede el
trigo listo para ser llevado por el Señor.
"Recogerá el trigo en su granero…" (6)
Es probable que miremos en estos últimos días una linda manifestación
del Señor sobre sus fieles que han resistido a toda esta gran
apostasía; esa linda manifestación del Señor sería para preparar a su
pueblo previo al Arrebatamiento.
Sea como sea, el pueblo de Dios, incluyendo los fieles siervos de
Dios que han resistido a esta terrible apostasía, debemos estar siempre
alertas y velando por la gloriosa Segunda Venida de Cristo, y orando
siempre para que el Señor no nos deje caer de su preciosa mano.
Sólo sigamos el consejo del Señor: El que es santo, santifíquese más todavía, y el que es inmundo, sea más inmundo.
Sólo sigamos firmes en Cristo Jesús, teniendo cuidado en no ser
arrastrado por las múltiples corrientes de apostasía, pues algunos están
siendo engañados por los falsos ungidos o falsos profetas, y otros, por
las falsas doctrinas.
Sólo pongamos nuestra mirada en el Señor y en su Palabra.
Oremos para que Señor siga levantando a esos siervos con el mensaje
al estilo de Juan El Bautista; ese mensaje de arrepentimiento y
salvación en Cristo Jesús.
Volvamos a predicar sencillamente el arrepentimiento, y digámosle a
todas las almas que el tiempo se termina y que hay que dar frutos de
arrepentimiento. De lo contrario, el juicio será inminente.
Hablemos con profundo amor a las almas, pero sin quitar la verdad del
Evangelio. Y seamos claros con ellos; no ocultemos la verdad de La
Palabra.
Sin arrepentimiento no hay salvación, y esa salvación sólo se obtiene en Cristo Jesús (Juan 14:6). |
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